TORNEO CLAUSURA

En Wanderers son conscientes de lo mal que jugó el equipo contra Peñarol, pero eso no opacó la molestia que hay en filas bohemias por el arbitraje de Javier Feres en el Parque Viera.

Los Bohemios le apuntan al juez principal por un claro penal no pitado, cuando en el minuto 54, tras un centro de Nicolás Fonseca, Sergio Núñez tocó la pelota con la mano.

En esa incidencia el árbitro hizo la seña que lo había visto, pero desestimó la acción (hizo el gesto que había pegado en la mano) por considerar que el compañero que despejó la pelota estaba muy cerca suyo, aunque la mano estaba demasiado despegada del cuerpo, en posición antinatural, lo que generó una gran polémica y el enojo de los albinegros. 

Pero la molestia de los Bohemios no es solo por esa incidencia, también por una amarilla que le reclamaron a Feres a Sebastián Cristóforo en el complemento, cuando el volante central de Peñarol ya estaba amonestado.

A su vez, las quejas fueron reiteradas durante el juego porque cada vez que los futbolistas de Wanderers querían sacar rápido, el árbitro paraba la jugada y hacía ejecutar de nuevo.

El arbitraje de Feres fue malo. Falló en incidencias claves del juego y no le dio continuidad, ayudando para que el partido fuera tedioso por momentos. A su vez, hubo pasajes del encuentro que los aspectos disciplinarios se le fueron de las manos a Feres por no amonestar a tiempo y fueron varias las veces que hubo amontonamiento de jugadores. Incluso, tras el pitazo final del juez.