Franco Paredes: lo dirigió Gallardo, es familiar de un campeón del mundo y eligió Uruguay para jugar en Racing

Por Sofía Berardi
El barrio 20 de Junio de San Justo, una ciudad de Buenos Aires, vio crecer a dos hermanos futboleros. Maxi, el más grande, acercó a Franco Paredes (23) a River Plate, y ambos empezaron a entrenar. Tenía siete años y a la semana le comentaron que lo iban a fichar, empezó a competir en las preinfantiles y jugó en una filial del Millonario llamado Parque Chas. Las formativas fueron vistiendo la franjeada y allí fue que su hermano no consiguió firmar contrato, así continuó un tiempo en Banfield, para luego dejar de jugar. Franco, que en ese entonces era central, pasó a la reserva como lateral, posición que hasta entonces desempeñaba su hermano. Al mismo tiempo, empezó tener contacto con un emblema de River: Marcelo Gallardo.

Tras un proceso de dos años en reserva (donde llegó a ser capitán) se estrenó en el equipo mayor, aunque no pudo hacerlo en un Monumental desbordado de gente. Fue aún más difícil: en la altura, ante Liga de Quito y por Copa Libertadores. “Me tocó debutar de lateral derecho, pese a que no venía jugando ahí. Sufrí un poco, pero el debut fue hermoso. La previa con la canción de la Copa fue inolvidable”.

Foto: Prensa River Plate.

Que el encargado de dar las órdenes fuese el Muñeco es algo que no pasó desapercibido para Paredes. “Estando en reserva convivíamos con él y siempre nos llevaban a entrenar al grupo de Primera, hacíamos fútbol y demás. Ahí ya sabíamos cómo trabajaba, la intensidad que le ponía a los trabajos. Fue un técnico que disfruté mucho, a pesar de que no lo tuve mucho tiempo en Primera. Te deja muchos conceptos, la idea de salir a ganar en cualquier cancha, de querer ganar todos los partidos, la intensidad en todo. Es un técnico muy especial y es muy importante en la historia del club”, asegura Franco. Con Gallardo tenía charlas futbolísticas, y le corregía errores, sus consejos eran que tenía que ser “más agresivo” o “más intenso”.

Antes de venir a Uruguay también tuvo charla con el uruguayo Enzo Francescoli, ídolo y manager del equipo argentino. "Lo veía poco y no tenía mucha relación, pero tuve una charla antes de venir a Racing acerca de que volvía de la lesión, que las posibilidades de que viaje a la pretemporada con el club las iba a determinar el nuevo técnico. Muy copado y buena persona, tuvimos una charla ahí muy linda, pero quedó en eso", explica el lateral.

Foto: Prensa River Plate.

Franco creció en River, un club en el que no hacía falta nada, no le sucedía como a otros chicos que con suerte recibían agua tras las prácticas. “Al principio tomaba dimensión de decir mirá en el lugar que estoy, pero tampoco había pasado por otros lugares, entonces no sentía tanto la diferencia. Cuando pasó el tiempo y fui a Defensa me di cuenta. Eso lo sentís, en River no te hacía falta nada, éramos privilegiados. Te hacía sentir muy bien y no te faltaba nada como jugador”, recuerda de sus inicios en el Millonario.

El post debut no fue el mejor para Paredes, porque en este momento la pandemia le puso pausa al mundo, lo que provocó que Franco estuviese un año y medio sin jugar. Al regreso, como en reserva no iba a haber competición y en Primera su posición estaba cubierta, buscó otros horizontes.

Foto: @paredes4_

“Había muchos jugadores y Hernán Crespo -DT de Defensa y Justicia en ese entonces- me llamó para jugar y decidí sumar minutos en Primera”, explica el lateral, que no presenció el latir del Monumental a tope con River, pero que sí lo enfrentó en 2022 con el Halcón de Varela. “Ahí sí jugamos con todo el estadio lleno, fue un partidazo, ganamos 3-2 y me tocó hacer el gol de la victoria para Defensa”, rememora.

Franco había llegado a préstamo por un año con opción a compra del 50% y en el Halcón de Florencio Varela se coronó campeón de la Copa Sudamericana, con todo lo que implica para un equipo más pequeño. Lo logró tras vencer a Lanús y luego dio el batacazo a lo David y Goliat al derrotar a Palmeiras en la Recopa Sudamericana.

“Lo disfruté mucho, estuvo mi familia en un momento que no sabíamos si podían ir los familiares. Fue tremendo todo el proceso, desde que quedamos eliminados en Libertadores y pasamos a la Sudamericana, el grupo se afianzó, cuando vos tenés buen grupo y confianza, las cosas salen solas”, recuerda Paredes. Y continúa: “Antes del partido con Palmeiras ellos decían que nos iban a pasar por arriba, que íbamos a sufrir y que con un campeón de la Libertadores era muy difícil, pero así es el fútbol, te permite pelear con grandes y hasta ganarles”.

Foto: Instagram paredes4_

En el Halcón compartió con algunos uruguayos como Washington Camacho y Miguel Merentiel, el hazme reír de las concentraciones y entrenamientos. “Fenómenos los dos, nos reíamos mucho, Miguel era un loco, tengo grandes recuerdos, molestaba hasta a los técnicos, no le importaba nada”, sostiene Franco, que también tenía de compañero a Enzo Fernández, con quien ya había coincidido en River Plate.

Cuando su contrato estaba por finalizar y el club iba a efectuar la opción a compra, Paredes sufrió la lesión de la rotura de los ligamentos en el último minuto de la última fecha.

“Fue increíble, fui a presionar y estaba cansado, se me fue la rodilla y me rompí los cruzados. Decidí hacer la rehabilitación en River y estuve meses jugando en reserva para ir agarrando ritmo. Después tomé la decisión de salir a préstamo de nuevo”, explica Franco Paredes, que tomó la determinación a sabiendas de que a Martín Demichelis, el nuevo entrenador Millonario, le alcanzaba con dos futbolistas por puesto y Franco no era la prioridad. Sabía que si se quedaba iba a jugar poco y por ello eligió continuar su carrera en el fútbol uruguayo. El argentino arribó al país con Malena, su pareja, sobre quien destaca el acompañamiento.

Además del pasaje de su hermano y su sobrino, que juega en las inferiores Inter de Miami, la frutilla de la familia lleva el nombre de Leandro Paredes, campeón del mundo con la selección de Argentina y primo de Franco. “Cuando salimos campeones lo miré por TV, sentí un orgullo tremendo, feliz por él y por su carrera. Hablamos muy seguido y está muy al tanto. Cuando vine a Racing me escribió”.

Foto: Estefania Leal

“Venir era una oportunidad muy linda y necesaria para agarrar rodaje, que es lo que necesito tras la lesión”, asegura Paredes, que tuvo el primer contacto con Gustavo Fermani, el DT argentino de Racing de Montevideo, a quien ya había tenido como técnico en infantiles y reserva del Millonario. “Teníamos buena relación, me dijo que estaba la oportunidad, y a través de (Fernando) Cavenaghi surgió el préstamo”, explica el lateral, que no vino solo, porque el delantero albiceleste Matías Benítez (22), excompañero de River y que tuvo un paso por el Atlanta United de la MLS, también se sumó a Racing. “Fue lindo volverlo a ver”, comenta Franco.

Paredes y Benítez son dos de los cinco argentinos de la Escuelita, acompañados por sus compatriotas Diego Sosa (lateral izquierdo), Ariel Cabral (mediocentro) y Tomás Verón Lupi (delantero).

“Sé que es un fútbol con mucha fricción, un poco distinto a la intensidad de Argentina”, explica sobre su llegada con el objetivo de sumar minutos. “Dejar una buena imagen del club y hacer la mayor cantidad de puntos porque el club lo necesita por el descenso”.
La Escuelita no tuvo un buen inicio en el Apertura, pero Paredes ve mejorías. “Es un grupo nuevo, la adaptación lleva tiempo. Avanzamos semana a semana, nos llevamos mejor y hay otro ambiente. Al principio era distinto, cada uno se iba por su lado. Ahora somos un grupo mas sólido, así que no tengo duda de que durante el año vamos a hacer lo mejor para el club”, concluye Paredes.