Publicidad

Otro fracaso: Peñarol ganó, pero no alcanzó y se despidió de la Copa Libertadores

Compartir esta noticia
Peñarol le ganó 3-2 a Athletico Paranaense. Foto: EFE.
RAÚL MARTÍNEZ POOL

EN EL CAMPEÓN DEL SIGLO

Desde 2011 no logra superar la fase de grupos del torneo continental y en las últimas 13 participaciones solo consiguió avanzar en dos ocasiones.

El pasaje a los octavos de final de la Copa Libertadores sigue siendo la gran deuda de Peñarol tras su histórica participación en la edición de 2011, año en el que llegó a la final.

Pero el equipo de Mario Saralegui no perdió esa clasificación anoche. El carbonero hizo los deberes y se quedó con una victoria importantísima ante un rival durísimo como Athletico Paranaense, que a pesar de las bajas y de un martes en el que la incertidumbre se adueñó de la delegación tras detectarse cuatro casos de COVID-19 en la delegación, vendió muy cara la derrota en el Campeón del Siglo.

Anoche Peñarol hizo lo que tenía que hacer: ganar. Hizo lo que no pudo hacer, por ejemplo, en Santiago de Chile, donde regaló el segundo tiempo tras irse en ventaja al descanso y desaprovechó una inmejorable oportunidad para sumar puntos como visitante, algo clave para un equipo que tiene como objetivo superar la fase de grupos, porque nuevamente quedó demostrado que ganando los tres juegos como local, no hay nada asegurado.

Si bien el camino del aurinegro no fue fácil porque al parate por la pandemia le sumó un cambio de entrenador tras la salida de Diego Forlán y la llegada de Mario Saralegui, el equipo volvió a quedar en deuda en el plano internacional y eso para el hincha es un golpe duro.

Es un golpe a la ilusión, al sueño y a esa esperanza de resurgir que siempre representa la Copa Libertadores para todos los fanáticos de Peñarol porque saben que la historia conoce de varias campañas históricas, pero las últimas están muy lejos de eso.

Y ya van muchos años en los que el carbonero no logra ese objetivo de avanzar a octavos de final. En 2011, cuando el mirasol llegó a la final que luego perdió con Santos, fue la última vez que el equipo superó la fase de grupos.

De ahí en más fueron siete participaciones (no jugó la edición 2015) en el certamen continental y todas con el mismo resultado: eliminado en la fase de grupos y sin poder avanzar a octavos de final.

Otra vez la ilusión quedó por el camino y muchos a esta hora le atribuyen a este hecho la mala suerte. Puede ser. Pero no todo es mala suerte.

Peñarol, en varios partidos, se transformó en su propio rival, algo que le pasó muchísimas veces. Desde lo institucional a lo deportivo, las malas decisiones o las decisiones desacertadas, tienen su repercusión dentro de la cancha y la de ayer no fue la excepción.

Más allá que el equipo cumplió con el objetivo de ganar frente a un rival brasileño que en su última visita al Campeón del Siglo había ganado 4-1 en agosto de 2018 por Copa Sudamericana, el resumen de lo que fue la fase de grupos para Peñarol lo dejó sin el premio de avanzar a los octavos de final.

Es que en las dos oportunidades que tuvo chances de sumar puntos como visitante no logró esa meta porque a la ya mencionada noche para el olvido en Santiago de Chile, también se le sumó una chance en Cochabamba.

El festejo de los jugadores de Athletico Paranaense ante Peñarol. Foto: Reuters.
El festejo de los jugadores de Athletico Paranaense ante Peñarol. Foto: Reuters.

El equipo de Mario Saralegui había comenzado ganando frente a Jorge Wilstermann con un gol de Fabricio Formiliano a los 3’ de juego y terminó perdiendo 3-1.

Esas situaciones dejaron a un equipo carbonero en las puertas de una definición en la que no iba a depender de sí mismo en la última fecha más allá de haber goleado 3-0 a Colo Colo como local.

Es que en la última jornada, a Peñarol no le alcanzaba solamente con vencer a Athletico Paranaense, sino que además, necesitaba que el equipo boliviano no venciera al “Cacique” en Santiago de Chile.

Pero eso no ocurrió. Por pocos minutos. A los 88’ en el Monumental David Arellano, Moisés Villarroel anotó el único tanto del “Aviador” que le dio la clasificación a octavos de final, el primer lugar en el Grupo 3 y que además marcó la despedida de los aurinegros del certamen continental.

La desazón se adueño del Campeón del Siglo, donde se vivieron con expectativas los últimos instantes del encuentro que se jugaba en Santiago de Chile hasta que ese partido terminó y la ilusión del pueblo peñarolense llegó a su fin.

Otra vez el equipo quedó en las puertas de la clasificación. Otra vez el equipo no dependía de sí mismo y lo volvió a pagar muy caro: quedó eliminado.

Será momento de pasar raya y ver qué es lo que pasa en un club en el que lo político siempre está por encima de lo deportivo sin importar el año o el resultado obtenido.

En sus últimas 13 participaciones en la Copa Libertadores de América, Peñarol apenas logró dos veces avanzar a octavos de final.

Ahora jugará la Copa Sudamericana, pero con ese sabor amargo de no haber podido cumplir el gran objetivo de un equipo que se preparó para conseguirlo, pero que fue rehén de decisiones institucionales que le costaron caro y que tampoco tuvo esa cuota de suerte a la que muchas veces hay que tratar de ayudar y Peñarol no lo pudo hacer.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad