Por Diego Domínguez
Después de 10 presentaciones en cancha (entre partidos oficiales y amistosos), el Nacionalde Ricardo Zielinskisabe que tiene razones de sobra para seguir puliendo su defensa mientras la temporada avanza.
Lo prueban sus números -recibió 12 goles en 10 encuentros-, lo exigen sus hinchas y también lo evidencia el patrón que se repite cada vez que un equipo lo ataca: sufre en el juego aéreo.
El diagnóstico parece bastante claro: para hacerle daño a la línea de cuatro tricolor no hace falta llenar el área de delanteros; basta con atacarla por arriba. Al menos así fue que le dio resultado a Plaza Colonia (que le ganó 2-1), a Peñarol (2-2) y a Belgrano (2-2) mientras que Racing (1-3) y Liverpool (1-2), pese a perder, también consiguieron anotarle de esta manera.
En números, el balance muestra que de las 12 veces que le agujerearon la valla a Sergio Rochet o a Salvador Ichazo (jugó solo un partido), la mitad (6) fueron por medio de goles aéreos, ya sean cabezazos, toques de primera o controles adentro del área. Allí estuvo -y está- el principal debe de Zielinski, porque por ahora ni la altura de Fabián Noguera (1.93 metros) ni la corpulencia de Diego Polenta (1.85) o Daniel Bocanegra (1.82) le han dado resultado.
La otra falencia aparece cuando los rivales le juegan a Nacional de contragolpe. Al competir en velocidad, los laterales no se han visto capacitados para dar una sólida respuesta, en especial cuando los encaran en el mano a mano o les juegan entre líneas. El ejemplo más reciente es el que se vio el último fin de semana, en la visita al Tróccoli, donde el puntero de Cerro Nahuel Acosta dejó en evidencia que Camilo Cándido es un jugador al atacar y otro completamente distinto al defender. En pretemporada ya había quedado expuesto cuando Gianluca Prestianni, un juvenil de 17 años de Vélez, lo dejó varias veces pagando en la marca.
Otro es Leandro Lozano, que frente a Plaza Colonia perdió el duelo con el nigeriano Christian Ebere y esa floja actuación le costó la pérdida del puesto. Lo mismo le sucedió a Diego Polenta, quien había tenido pesadillas al enfrentarse a Ignacio Laquintana en el clásico de verano y luego pagó su falta de rapidez al visitar a Plaza.
A estos patrones tácticos se le suma que Zielinski varió seis veces la alineación titular en el fondo (Lozano, Noguera, Polenta y Cándido fue la línea que más repitió) y, como agregado, alarma el nivel actual de Sergio Rochet, que, como él mismo ha reconocido, está lejos de ser el del año pasado. El 2022 del arquero cerró con números de playstation: en 44 partidos, terminó con el arco en cero el 55% de las veces.
EN ESTUDIANTES. El antecedente más reciente de Zielinski como DT es en Estudiantes de La Plata (Argentina), donde contaba con Noguera en la defensa. Allí dirigió un total de 92 partidos y le convirtieron 107 goles, es decir, uno cada 77 minutos, mientras que ahora en Nacional, en promedio, recibe uno cada 75’.