El Inter Miami se convirtió en finalista de la Conferencia Este de la MLS y enfrentará a New York City el sábado. Allí estará, además de Luis Suárez, Maxi Falcón, quien después de cuatro años en Colo Colo, pasó a ser una pieza clave en la defensa del equipo estadounidense. “Luego de un año con muchos partidos, estar en esta instancia es importante para nosotros. Tuvimos el Mundial de Clubes en el medio y jugamos más de 50 partidos en 2025, así que seguir en esta instancia, compitiendo, y tratando de llegar lo más alto posible, es importante. No solo en lo personal, sino en lo grupal”, confiesa a Ovación el sanducero de 28 años.
En los cuartos de final vencieron a Nashville en una llave de tres partidos, pero Maxi prefiere el mata-mata como sucedió ante Cincinnati (4-0) en semifinales y lo será ante NYC. “Se hace tedioso cuando son tres partidos, prefiero uno solo, en estas instancias de tantos partidos que se vengan de 90 minutos”, comenta. Si ganan la final, pelearán contra el finalista de Conferencia Oeste para ser campeón de la MLS.
Coronarse será la mejor manera de cerrar el último año sin su estadio, que no llegará hasta el 4 de abril cuando el Miami Freedom Park se inaugure. “No tuve la oportunidad de ir, pero por fotos es impresionante. Me pone contento, no solamente por el estadio, sino por ver que el club sigue creciendo y ya tiene títulos. Quedar en la historia de un club tan joven también es un desafío y algo importante. El día que terminás la carrera, ganar es lo que te queda, contarle a tu familia, a tus hijos”.
Y si de anécdotas se trata, Falcón, que será padre por segunda vez, tiene entre sus logros jugar el Mundial de Clubes. “Sabíamos que iba a ser un torneo duro por la clase de equipos que había, pero también desde lo mental uno se termina exigiendo al máximo y luego tratamos de plasmarlo en el campeonato. Si estamos concentrados somos un equipo duro”.
“Creo que hicimos las cosas muy bien”, valora sobre el torneo en donde fueron locales, y desmenuza: “Uno trata de hacer lo mejor posible, con PSG (4-0) pasó que cuando el rival te supera, te supera. Fue una linda experiencia, hay que tratar de competir al máximo, hasta donde dé, dar lo mejor y si te superan, que sea a base de juego, no por ganas”. Esta filosofía es la que pregona Javier Mascherano. “Desde la primera vez que conversamos, cuando me dijo que quería que venga, me pareció de esos jugadores que jugaron en todos lados y marcaron una época. Como no fui compañero, lo veo joven, son las primeras armas como DT, pero siempre me dejó claro lo que quería de mí y por qué me había elegido. Y siempre, hasta en los entrenamientos, nos marca el competir y llevar al límite. Uno a veces se termina frustrando porque está cansado y demás, pero siempre hay margen para mejorar”, expresa Falcón, quien destaca la importancia de tener la “humildad” de reconocer y seguir aprendiendo, no solo del DT, sino también de las estrellas que lo rodean.
“Cuando tenés a Leo (Messi), a Luis, Sergio, Jordi y Rodri (De Paul), jugadores de clase mundial, hay que estar atento, observando y escuchando, porque aprendés de detalles que uno a veces pasa por alto”.
Fuera de la seriedad, las bromas no faltan en el Inter, a veces son de los uruguayos, otras de Messi, por ejemplo, cuando lo derrumbó de un pelotazo. “Después del partido le dije: ‘Pensé que me ibas a venir a ayudar’. A lo que me responde ‘la próxima vez correte, no ves que le pegué al arco’ y se empezó a reír. Y yo: ‘Está bien, me voy llorando a casa’. Siempre bromeamos. Cuando llegué me preguntaron por él, porque siempre dije que era mi ídolo y no estaba en mis planes ni siquiera conocerlo, por eso resalto su sencillez. También comparto porque mi hijo de cuatro está jugando en las formativas del Inter y él trae a los suyos. En las tardes tomamos mate y conversamos. Lo que vivo con ellos no me lo hubiese imaginado nunca”.
Su anhelo con Nacional y los clásicos
Mientras tanto, la realidad de la Liga Uruguaya no le es ajena. “He visto los clásicos y los últimos partidos de Nacional y Peñarol. Los dos llegaban bien pero los clásicos son clásicos y cuando hay una final de por medio tiene un gustito diferente. Son trabados, lindos de ver, donde los equipos dejan todo, más en este caso que valen un campeonato”, expresa quien hizo las formativas en el tricolor. Ante la pregunta de si se ve regresando, no duda. “Obviamente”, expresa.
“Tengo amigos ahí que les sigo preguntando cómo están. En su momento hablaba con Sebastián Taramasco quien me ayudó mucho desde las juveniles. Siempre cuando voy a Uruguay trato de ir al Parque Central. Sería lindo jugar en el equipo del que uno es hincha y donde se formó, ellos fueron los que me abrieron la puerta y me fui de Paysandú a Montevideo en busca de ese sueño. Después no se me dio debutar en Primera, pero me formó como jugador y persona. Siempre voy a estar agradecido a la institución y las que me abrieron la puerta”, concluye.