JOSE MASTANDREA
La soleada mañana del lunes contrastaba con la vorágine que se vivía en el hogar de los Rotundo. Maderas, tablones por un lado, materiales de construcción por el otro, y bastante desorden, por cierto. "Esto es un lío bárbaro ¿no?", dijo a modo de excusa el dueño de casa.
La calle Príamo, en pleno corazón de Punta Gorda, mansa y serena, invitaba a una charla sin apuros, sin tapujos y sin misterios con Nicolás Rotundo, una de las figuras relevantes del último clásico.
Abrió la puerta con cara de recién levantado. Bermudas, zapatillas deportivas y camisa Polo. El "Nico", se aprontaba para "desenchufarse del fútbol" por un par de días. Retrasó la partida al balneario para hablar de lo que pasó.
"Estoy contento... no hay dudas. Es lo que tienen los clásicos. Si ganás, todo bien, si perdés, te refugiás en tu casa y no querés ni salir a la calle, está todo mal".
El volante aurinegro confesó que no lleva la cuenta de cuántos clásicos jugó ni de cuántos ganó. "Pero sé que son más los ganados que los perdidos", dijo con maliciosa sonrisa.
"¿La verdad? No hubo nada que nos sorprendiera. Se jugó como pensábamos, con una fuerza bárbara pero nos habíamos mentalizado que iba a ser así", indicó.
En la mesita ratona del cómodo living, está el Suplemento Deportivo de El País. Lo mira, lo ojea y disfruta. "No es que supiéramos que íbamos a ganar. No. Nada de eso. Todos los clásicos son distintos, pero en este nos habíamos mentalizado mucho por todo lo que había pasado, por lo que se había dicho. Estábamos un poco calientes por todo lo que se había dicho de Diego (Aguirre) y de nosotros. Nos juramentamos no decir nada y seguir para adelante. Acá se vivieron situaciones difíciles pero nada nos podía sacar del clima de este partido. Tratamos de que nada externo nos perjudicara".
Para el "Nico", el resultado del domingo "influye mucho en el futuro porque en este clásico se jugaban muchas cosas, mucho más que tres puntos", señaló.
Confiesa que este ‘parate’ sirve "para trabajar tranquilos pero también estaba lindo para aprovechar este momento, cuando el equipo se reencontró con su mejor fútbol".
Dice que todavía "no se ganó nada" y que restaban tres finales complicadas. "Los rivales que nos quedan (Deportivo Colonia, River Plate y Miramar Misiones) vienen bien, se juegan mucho, todos tiene algo por qué luchar así que no hay nada fácil. No podemos distraernos ni bajar los brazos después de haber ganado el clásico".
Le quita trascendencia a los hechos del final en donde jugadores de ambos equipos terminaron insultándose y recrinimándose cosas. "No... no pasó nada.. bahh... lo de siempre, lo de cualquier partido donde hay mucho en juego. Pero lo que pasó son cosas del fútbol. No da para más. Fue un clásico tranquilo, por ahí un poco conversado pero muy tranquilo".
Afirma que "en pocas horas" el equipo "cambió la pisada" y ahora apunta, otra vez, al título del Torneo Clausura. "Veníamos muy bien hasta el partido con Tacuarembó. Después bajamos y perdimos puntos que no podíamos perder. Pero ya en el partido contra Fénix hubo una mejoría. Al menos el equipo salió con otras ganas, con otra actitud y eso fue clave antes de jugar el clásico. Si no le ganamos a Fénix fue porque el arquero de ellos anduvo bien y sacó tres o cuatros goles".
Dice que "no se siente" campeón porque queda "mucho camino por recorrer" pero que el triunfo clásico posibilitó "seguir en la punta del torneo y eso es muy importante".
Nicolás Rotundo terminó de despejarse en la charla. Aprontó el liviano equipaje, preparó a sus perros para llevárselos con él, seguro que un par de días lejos "del ruido" le iban a venir muy bien. "Estos partidos son muy estresantes. Se juegan muchas cosas. Siempre es así...".
De todas formas, el "Nico" duerme tranquilo. Porque es de los abanderados. De los que aparecen en las difíciles. De los que el hincha respeta. "Lo único que tengo claro es que en los clásicos siempre quiero estar".