Publicidad

Juan Castillo, el multitarea que tiene Diego Forlán en el cuerpo técnico de Peñarol

Compartir esta noticia
castillo
Gerardo Perez

EN LOS AROMOS

El exarquero cuenta cómo comenzó su amistad con el hoy técnico aurinegro, que no lo veía como DT y la sorpresa que le generó cuando lo llamó para ofrecerle ser parte del proyecto.

Diego Forlán tiene un ayudante que vale por tres. Es que Juan Castillo es técnico, profesor de educación física y obviamente, entrenador de arqueros. La amistad entre ambos se gestó durante los ocho años en que compartieron el plantel de la selección. Los unía la misma manera de ver el fútbol, el profesionalismo y la pasión por el entrenamiento. Sin embargo, nunca en sus tiempos de celestes habían hablado de trabajar juntos, ni siquiera de la intención de Forlán de ser entrenador. Por eso la llamada que recibió en diciembre tomó un poco por sorpresa a Castillo.

"Como compañeros en la selección siempre tuvimos una gran relación, pero esto salió en forma espontánea. Nunca lo habíamos hablado. Recibí un mensaje de Whatsapp de Diego en el que me decía que quería hablar conmigo. Me pareció raro porque ya habíamos hablado de su partido despedida. Yo estaba de vacaciones con mi familia y le dije que cuando llegara al hotel lo llamaba porque no tenía buena señal. Cuando lo hice me dijo que estaba muy cerca de ser el técnico de Peñarol. Y que quería invitarme a ser parte del cuerpo técnico. Yo ya tenía arreglado para trabajar en otro club pero opté por este desafío que me pareció enorme y muy lindo”, contó Castillo quien había colgado los guantes en Fénix en 2018.

"Nunca se había dado una charla entre nosotros sobre si quería ser entrenador. Creo que lo decidió en los últimos años. No lo veía a Diego técnico, no porque no tuviera capacidad sino porque pensé que se iba a dedicar a otras cosas, a otros negocios”, añadió el exarquero.

“Hoy le veo una gran capacidad para transmitir lo que vivió como jugador. Y es un plus que no muchos entrenadores tienen. Además de su juventud y ser un ejemplo para los jugadores. Su carrera es reciente y ellos saben lo que fue como jugador y lo que le costó llegar a ser uno de los mejores del mundo. Y eso ayuda a la hora de exigir”.

jugando
Juan Castillo y Diego Forlán entrenando juntos en sus épocas de futbolistas celestes. Foto: archivo El País.

ALBION. Su única experiencia como entrenador fue el año pasado en Albion, a donde llegó a instancias de Julio de Armas que había sido su entrenador de arqueros en Huracán Buceo. “Me insistió en que empezara a dirigir. Arranqué como entrenador de arqueros y después me fui metiendo de profe porque eran como 60 gurises. Luego fui ayudante técnico del “Palomo” Rodríguez primero y de Federico Nieves después”.

Trabajaba de mañana con Primera y de tarde con la Séptima. “Estaba todo el día al palo con Albion, pero fue una linda experiencia”.

En realidad, cuando Castillo dejó de atajar, aún no tenía claro si quería ser técnico, preparador físico (lo que ya era cuando jugaba) o entrenador de arqueros. “No lo tenía definido y en Albion experimenté todas las funciones. Lo único que me faltó fue ser el entrenador principal. Y la verdad, me encantó todo lo que hice”, afirmó riendo.

SIMPLIFICAR. En Peñarol, comparte la tarea de ayudante técnico con Pablo, el hermano de Forlán. Los técnicos alternos suelen ser los que están más cerca de los futbolistas, mientras que el entrenador principal guarda otra distancia. Y le gusta ese rol. “Por mi personalidad soy cercano con los jugadores. Además, tengo amigos ahí, porque fui compañero con el ‘Cebolla’ con el ‘Mota’, mismo con Rodrigo Abascal en Fénix y en Juventud. Y trato de estar siempre pendiente de los más jóvenes, a ver cómo están y cómo van llevando los trabajos. Hay casos y casos, por lo general el que juega está bien y al que no le toca, no tanto. Hay que ir mediando con esas situaciones tratando de simplificarle un poco las cosas a Diego”, contó el duraznense quien aseguró a su vez que las tareas están muy bien divididas entre los integrantes del cuerpo técnico.

en cuarentena

Todos acompañados menos el húngaro Vadocz

Los futbolistas aurinegros reciben por Whatsapp los trabajos que les va actualizando el preparador físico Santiago Alfaro y además están en contacto con el cuerpo técnico por videoconferencias. “Tuvimos una con todo el plantel y también otras individuales de todo el cuerpo técnico con cada uno de los jugadores para ver cómo se están sintiendo y en que condición están. Porque hay grandes diferencias entre unos y otros, algunos tienen más espacio para trabajar y otros viven en apartamentos y no tienen muchas posibilidades”, contó Castillo. 
"Todos se han tenido que adaptar a esta nueva realidad, que no es sencilla para quien está acostumbrado a trabajar en grupo y al aire libre. Los que viven en apartamento son los más complicados. Por suerte, la gran mayoría está acompañado. Viven con sus familias o con amigos. El único que está solo es Vadocz, pero la va llevando bien”, contó sobre el húngaro.

"Pablo (Forlán se encarga de la defensa junto conmigo y Diego y Manuel (Ojalvo) trabajan en el ataque. Y luego unificamos todo”, dijo quien trata de no invadir a los demás. “Hay profes espectaculares que tienen una capacidad tremenda y yo también aprendo. La distribución de las tareas ya está hecha. El líder es Diego y los demás somos asistentes. Y está saliendo muy bien”, aseguró y se refirió al futuro.

“Hoy quiero disfrutar del momento y aprender. Tanto Diego como yo tenemos mucha experiencia como futbolistas y ahora la queremos volcar. Luego veremos el rumbo que toma la carrera”, finalizó tras referirse a los técnicos que lo marcaron. “Álvaro Regueira me dio el espaldarazo para jugar en Primera en Huracán Buceo. Su respaldo me hizo sentirme el mejor del mundo. También Tabárez por su capacidad para gestionar grupos. Y Gregorio, que en muchas cosas es parecido al maestro. Y a Cuca que lo tuve en Brasil. Era medio loco, pero con un trato muy cercano al jugador. Además de su juego ofensivo muy marcado”.

FAMILIA

Ni Ian ni Mateo siguieron los pasos de su papá; y un teniente segundo que pidió la baja por él

Castillo tiene dos hijos, pero ninguno de ellos agarró para el arco. Ian el mayor tiene 15 años, está en cuarto de liceo y es lateral derecho. Hasta el año pasado estuvo en Peñarol y ahora juega en la Sexta de Albion. “No agarró para el arco no, primero jugó de volante central, después volante por afuera y ahora es lateral derecho. Yo lo único que quiero es que se divierta y que esté contento con lo que hace”, dijo Juan.
El más chico, Mateo, tiene once años y juega en el club de baby fútbol El Bosque y también está en la captación de Peñarol. “Juega de doble cinco, mete pata como loco. Es un packman”, lo describió su papá.
Ambos están felices con el nuevo trabajo de su padre. “Recién tuvimos pocos partidos como para que les hicieran muchas bromas. Esas cosas que se van a tener que bancar. Pero por ahora están recontentos de que yo esté trabajando con Diego, dirigiendo a Peñarol. Después, según los resultados se tendrán que bancar cosas, o disfrutarlas. Es una realidad a la que estamos expuestos. Lo hemos hablado, y les digo que estén tranquilos, que son situaciones que pueden llegar a pasar y que traten de manejarse con cierta distancia”, explicó Castillo.
Andrea, la mamá de Ian y Mateo hizo la carrera de la Fuerza Aérea. Era Teniente Segundo de dicha fuerza cuando pidió la baja para acompañar a su marido en su primer pase al exterior. Fue en 2008 cuando Juan dejó Peñarol para pasar a Botafogo. Luego la familia siguió rumbo a otros destinos: Colombia, Chile y México. Hoy Andrea, se dedica a los suyos, a un negocio familiar y estudia cocina en el Gato Dumas.

Ian
Familiero. Juan Castillo junto  su esposa Andrea y sus hijos Ian y Mateo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

PeñarolJuan CastilloForlán

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad