El precio de opinar: los aciertos y errores de Perchman en sus predicciones, chicanas y más de 500 entrevistas

El que calla otorga, dicen muchas veces los más veteranos. Pero también están los que, con una carga de kilómetros importantes en el lomo, por momentos advierten: “El pez por la boca muere”. Y cuando ese pez es Flavio Perchman, lo que es seguro es que las palabras salpican y la oleada no siempre lo acompaña para salir a flote.

La exposición mediática tiene su precio y el caso del vicepresidente de Nacional no es la excepción. Ayer, hubo quienes se preguntaron por qué salió públicamente a opinar sobre la eliminación de Peñarol en una entrevista radial mientras que otros le aplaudieron el hecho de dar la cara para “hablar de fútbol” y el tono humorístico con la chicana de haber amanecido “como Francella”.

La semana pasada fue la respuesta irónica de Diego Aguirre —al decir “esto no es póker”— la que echó por tierra su pálpito de que Nacional iba a ganar el partido clásico por dos goles (perdió 3-0). El mes anterior, sus aciertos en las predicciones de Gonzalo Petit —al que ya proyectaba vender en una cifra cercana a los 8 millones de euros en enero— y la ventaja de Nacional en la Anual sobre Peñarol cuando dijo, tras el Intermedio, que cerraría 10 puntos arriba del aurinegro en la acumulada y terminó a nueve (antes de la quita de unidades), pero “se puede dar por válida”, en palabras de Perchman—. Y así otras tantas.

En este corto, pero intenso período de tiempo, Perchman lleva dadas cientos de entrevistas radiales, televisivas y telefónicas a solo nueve meses de haber asumido. Es difícil hacer una estimación real, pero, según la inteligencia artificial, la cifra supera las 500 en el último año.

Foto: Ignacio Sánchez.

Son más de 50 medios distintos los que figuran en el listado de apuntes personales del dirigente, pero eso sí: lejos de ser un motivo de orgullo, hay quienes lo perciben como un dolor de cabeza. Uno de los que puede dar fe de eso, casi a diario, es el presidente Ricardo Vairo, quien, a modo de broma y entre risas ya le ha repetido hasta el cansancio: “Le digo que se calle, pero no me hace caso. No puedo con él, je”.

Perchman, sin embargo, mantiene el mismo estilo que le dio éxito en la campaña electoral. Es frontal, se muestra objetivo en sus opiniones pese a estar identificado con un club y no le escapa a las respuestas relacionadas al fútbol, aunque eso en algún caso le haya causado represalias.

Empezó con el pie izquierdo en su momento cuando dijo que Lucas Alario era uno de los 9 que le interesaba y finalmente no llegó, aunque luego lo revirtió con otros ejemplos de negociaciones que sí se hicieron, pese a que se supieran de antes. Maximiliano Gómez y el colombiano Juan Pablo Patiño son dos de los casos más recientes.

Foto: Estefanía Leal.

Asimismo, hay otros que fueron por un carril distinto a su predicción y tal vez el ejemplo más cercano en el tiempo es el de Jeremía Recoba, al que en diferentes entrevistas los dirigentes le ponían un precio cercano a los US$ 3,2 millones y terminó siendo transferido a Las Palmas de España por 600.000 euros más otros 600.000 en bonos.

Perchman cambió tanto la lógica dirigencial a nivel mediático que hasta impresiona por su aspecto. Jamás sale de corbata, rara vez aparece de camisa y las bufandas o distintivos de Nacional que lleva muchas veces quedan de lado cuando opina sobre Peñarol.

Ayer fue el caso al catalogar a Nahuel Herrera como un “gran zaguero”, respuesta que generó que una voz cercana a la directiva señalara a este medio: “No comparto. Le levanta el precio a otros jugadores”.

Estefania Leal/Archivo El Pais

Aunque para muchos no es novedad, porque así se ha mantenido desde un principio, las apariciones en la prensa no dejan de ser un motivo de análisis al que tampoco le puede escapar el presidente aurinegro Ignacio Ruglio, que ha tenido períodos de mayor luz y sombra durante su gestión.

En el caso del dirigente tricolor, su percepción es que así como lo requieren para entrevistas, es inaceptable que posteriormente los integrantes de algunos programas le cuestionen el hecho de “hablar mucho”.

Cada uno tendrá su librito, pero tal vez a fin de año la historia termine como otra de las predicciones que Perchman hizo, en este caso a Ovación: “Voy a ser el mejor dirigente o un pollo al espiedo”.