RAÚL TAVANI
El árbitro suizo Massimo Busacca, no logró redondear una buena actuación, ya que en un partido fuerte, pero abierto, le faltó firmeza para encauzarlo con mayor autoridad.
Es indudable que comenzó bien, ya que con las tarjetas amarillas llamó a la realidad a los jugadores de Costa Rica en los primeros 16` del partido, cuando amonestó a Christian Bolaños a los 15` y Roy Miller a los 16`. Pero demoró demasiado en sacarle amarilla a Diego Pérez, le hizo precio a los 27` y recién a los 30` lo amonestó.
Además, después de los 20` dejó que le hablaran reiteradamente los futbolistas de Costa Rica, algo que seguramente estaba libretado por el técnico René Simoes, para cortar el juego y ganar minutos en un momento clave del partido por ser visitantes.
Pero fue en el segundo tiempo cuando la actuación de Busacca fue decreciente en efectividad, aunque es justo decirlo, por momentos no contó con la colaboración adecuada de parte del primer asistente, Matthias Arnet, ya que en dos oportunidades intentaron sancionar diferente, por más que, en definitiva, la derecha la tuvo Busacca y con razón.
A su vez, tampoco tuvo la colaboración adecuada de parte del cuarto árbitro, Carlo Bertolini, ya que las escaramuzas entre los suplentes de Costa Rica e integrantes del cuerpo técnico con el personal de la televisión, comenzaron mucho antes de que explotara en una riña y muy bien se pudo haber evitado con la intervención de Bertolini.
Por consecuencia, Busacca no estuvo del todo bien, pero lo ayudaron poco sus compañeros.
La plataforma
1 Lo positivo
Estuvo bien en llamar a la realidad a los jugadores en base a tarjetas amarillas, en la primera media hora del partido. Después no sacó más tarjetas.
2 Muy conversado
Fue demasiado tolerante ante los reclamos de los futbolistas de Costa Rica. Los escuchó y se fueron perdiendo minutos de juego.
3 El responsable
El cuarto árbitro, Carlo Bertolini, se hizo el distraído y fue responsable de los incidentes ocurridos afuera de la cancha. Ahora pagará la AUF.