JOSE MASTANDREA
El humor de la mayoría de los uruguayos pasa por lo que sucedió el fin de semana en el fútbol.
Si tomó un taxi y el tachero estaba feliz y charlatán, seguro que es de Danubio. "¿Cómo andan estos botijas vio?". Dice mientras mira con ojos picarescos por el espejo retrovisor. Y Ud. masca más bronca antes de llegar a la oficina.
Si se levantó temprano y el primer vendedor ambulante que subió al ómnibus ofreció "tres alfajores por diez pesos", fija que el hombre es de Tacuarembó. "¿Justo a mí me viene a ofrecer de a tres?", piensa recaliente.
Si vio a esas blancas palomitas treparse a las camionetas escolares con sus túnicas impecables y las cuadernolas con tapa dura de "Los Picapiedras" seguro que va a pensar mal. "¡A estos los obligó el padre viejo hincha de Rampla!".
Y si se imagina que los jóvenes que pasan a su lado enchufados en sus MP3 están tarareando el "tiqui-tiqui", los va a asociar con el presente darsenero de "JR" Carrasco.
Este, seguro, que no fue un lunes como cualquier otro. Vio a sus amigos y a sus compañeros de oficina de mal humor. Algunos más enojados que otros, pero casi todos embroncados. Fija que son hinchas de Nacional y Peñarol y tienen motivos de sobra.