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Diego Alonso y la visión de su amigo Marcelo Palau: "Nada de extravagancias, familiero y sencillo"

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Tornado. En 2012, después de dirigir a Bella Vista, tomó la conducción del equipo paraguayo con buenos números.

SELECCIÓN

"Es un técnico que está por encima de la media", puntualizó sobre el seleccionador de Uruguay el volante central floridense, con el que comenzó una amistad cuando estuvieron juntos en Guaraní.

Marcelo Palau es un volante central nacido en Florida que en Uruguay jugó en Rampla Juniors, Wanderers y Nacionaly que en la última temporada jugó en el Sportivo Luqueño de Paraguay, donde fue capitán del equipo. Hace nueve años que está radicado en el país guaraní (con un breve intervalo en el Athletico Paranaense, en Brasil, en el segundo semestre del 2013) e incluso jugó en un grande como Cerro Porteño.

En 2012-2013 coincidió en Guaraní conDiego Alonso, el actual entrenador de la selección uruguaya, que en ese momento estaba haciendo sus primeras armas como director técnico tras dirigir a Bella Vista. Si bien al principio la relación fue simplemente la de entrenador-jugador, después de la salida del DT del equipo aurinegro continuaron la relación y se hicieron muy amigos.

“Se me hace difícil ser objetivo porque hicimos una muy buena relación que perdura hasta hoy. Después de eso seguimos siempre en contacto y cuando podemos, o coincidimos, nos vemos; también mi señora con su señora y los nenes. Hicimos una relación muy estrecha”, cuenta Palau.

“Como técnico fue uno de los mejores entrenadores que tuve por lejos. Diego es un obsesionado de lo que hace, lo hace bien, está en el detalle, está en el día a día. Está a otro nivel de la media. Yo que he tenido la suerte de tener varios entrenadores buenos, y algunos malos, que te hacen aprender a notar la diferencia entre uno y otro, la verdad que Diego ha tenido un desarrollo impresionante. Desde aquel 2012, cuando él solo había dirigido a Bella Vista en Uruguay, Guaraní era el segundo equipo que dirigía, y ya se veía que durante su carrera como futbolista se había preparado para ser entrenador, se notaba que le gustaba y que lo llevaba adentro suyo. Cada vez que hablamos está con algo nuevo, formándose en el desarrollo tecnológico, en el detalle de los futbolistas, en los entrenamientos. Es un enfermo, entre comillas, que le ha dado sus resultados ser así y ha llegado a un nivel espectacular y no en vano llegó a la selección uruguaya”, analizó el volante de 36 años.

¿Cómo te das cuenta si un entrenador es bueno o malo o mejor que otro? “En lo que te enseñan o no te enseñan. Si tuviste un año con un entrenador y no te quedó nada... Yo lo valoro por lo que te deja como enseñanza. De todos se aprende, de unos las cosas buenas y de otros lo que no tenés que hacer. Y si aparte de lo que te deja vos ves que en la cancha sirve, que te hace un mejor jugador, un mejor equipo y que potencia a cada uno de los jugadores, ahí te das cuenta que estás frente a un buen entrenador y ahí es cuando el jugador confía”, comenta convencido.

Sobre su relación con Alonso, el floridense agrega que “con Diego generamos una relación buenísima que hasta el día de hoy tenemos. Hemos hablado estos días y seguramente nos veamos a fin de año. En eso habíamos quedado, espero que no se agrande ahora que es el DT de la selección uruguaya, je. Diego es muy familiero, lleva una vida muy sencilla afuera de la cancha”.

Palau añade que “el Diego amigo es totalmente distinto a cuando entra a la cancha. Es otra persona, se transforma. Afuera es muy tranquilo, recontra humilde, tiene una vida muy normal, nada de extravagancias, es muy común. Y dentro de la cancha es otro tipo. No mezcla lo profesional con lo personal en lo más mínimo. Dentro de la cancha es una bestia, está constantemente atento a todo, es hincha de la concentración. Nos pasó en Guaraní que de repente, dos o tres veces que los entrenamientos no salían como él quería, porque había alguno distraído o se repetía algún error, le agarraba la locura, terminaba el entrenamiento, se iba, y quedábamos todos de cara esperando a ver qué pasaba, y él no volvía. Al otro día te venía con otro trabajo, te explicaba por qué lo había terminada antes y dónde estaba el error. Nosotros muchas veces jodemos pero parecen dos personas distintas, je”.

Palau es entrenador y piensa en un futuro ejercer. “Yo le pedí para jugar de nueve, pero me dijo que ya tenía a Suárez y Cavani y que no me iba a poder convocar, je. Naa, él tiene ya su cuerpo técnico y es muy difícil que mezcle lo afectivo con lo profesional. Además, yo quiero seguir jugando, je”.

Foto: AFP
Marcelo Palau defendiendo a Guaraní. Fue capitán, al igual que lo fue esta temporada en Luqueño. Foto: AFP

La broma que terminó en realidad

“Él estuvo sonando mucho para ser el DT de Paraguay. Hablamos de esa posibilidad y a modo de broma, aunque un poco enserio, le dije ‘ahora vas a terminar dirigiendo a Uruguay, acordate’. Seguimos en contacto, cuando empezaron a salir las noticias de Uruguay le mandaba algún mensaje y él me decía ‘no, que no’ y se reía. El lunes fue la última vez que hablamos, cuando ya estaba más cerca, y yo le dije que confiara, que iba a ser el DT y que con él Uruguay va a estar en el Mundial”, dijo Marcelo Palau ya de vacaciones en Uruguay.

A DOS TOQUES

Su corto pasaje por Nacional

*Después de hacer un muy buen certamen en Wanderers, Marcelo Palau pasó a Nacional, equipo con el que jugó apenas siete partidos y en todos fue titular en el segundo semestre del 2010. En la foto está con Porta y el Morro.

*El volante central floridense tiene 36 años y finalizó su contrato con Sportivo Luqueño, donde fue el capitán del equipo. Ahora espera escuchar ofertas; no descarta quedarse a jugar en un equipo de Uruguay, donde está ahora.

Marcelo Palau
Marcelo Palau junto a Richard Porta y el Morro García. FOTO: Archivo El País. 

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