Desde sus orígenes en el siglo XIX, el fútbol al igual que la mayoría de los deportes siempre se trató de un lugar común para los hombres, que si bien con el tiempo trascendió fronteras y clases sociales, las mujeres en general no tenían espacio o eran relegadas.
Sin embargo, los tiempos cambian y ellas comienzan a tomar cada vez mayor protagonismo. En otros deportes, ni hablar, pero también en el fútbol masculino, donde hoy en día no es extraño ver mujeres árbitros, relatoras, entrenadoras o integrantes de los cuerpos técnicos con roles relevantes. Eso pasa tanto en el extranjero como en Uruguay, donde por ejemplo también hay una mujer inmersa en el mundo empresarial: se trata de Daiana De Brun, representante de futbolistas.
“Tengo 35 años, soy representante, mujer y tengo claro el ámbito en el que me muevo, el deportivo, que siempre fue dominado por hombres”, dijo la empresaria en dialogo con Ovación.
Según señaló, lleva poco más de tres años en el rubro, al que se introdujo como intermediaria de una agencia de representantes hasta que decidió comenzar a formar su propia cartera de jugadores. Hoy en día tiene contrato con tres: “En el fútbol uruguayo tengo a un solo futbolista, represento a Santiago Guzmán (delantero que juega en la Primera de Montevideo Wanderers). Después tengo otros dos clientes en el exterior, que juegan en la Primera División de Paraguay”.
Pero el origen de su inquietud para entrar en el mundo del fútbol comenzó antes, por vocación: “Siempre me gustó el fútbol y el deporte en general. Estudié dos años de Educación Física en la ISEF y dos años de Psicología. Estuve picoteando un poco de cada lado hasta que dije: ‘Definitivamente quiero dedicarme a algo que se vincule al deporte’. Así empecé, haciendo algún curso y empapándome en todo el tema de la representación, hasta que finalmente pude incursionar”.
Su primera experiencia fue como intermediaria:“Un amigo futbolista quedó libre y me comentó si le buscaba algún destino, aunque él ya tenía representante. Comencé a moverme hasta que di con la oferta, se la llevé a su representante y cerramos el trato”. A partir de entonces, comentó, fue incursionando hasta que dio con sus primeros representados, hace unos 18 meses.
A ellos llega mediante “una red de contactos personales, entre los que hay algunos scouting” que le recomiendan nombres con características que van estipulando. “Priorizo calidad sobre cantidad, busco jugadores con proyección”, dijo.
Lo que les ofrece “es relativo”: “En cuanto a viáticos, depende de las necesidades de cada uno. Pero yo trato de cubrir otras necesidades, me enfoco en una formación integral, intento colaborar con nutricionista, psicólogo, preparador físico si es que lo necesita. Para apostar por los aspectos deportivos y emocionales, y no tanto las cosas materiales. Más allá de los zapatos de fútbol, que les doy un par cada seis meses”, indicó.
En el ambiente: “No he tenido mayores problemas. Recién estoy empezando, pero me siento respetada y además sé darme mi lugar. En ocasiones puede haber algún tipo de recelo por ser una mujer, la mayoría no está acostumbrado y a alguno les molestará. Pero yo seguiré adelante”.