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El crucial papel del capitán de Dinamarca y sus compañeros para salvar la vida de Eriksen

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Eriksen
WOLFGANG RATTAY

DRAMA

Cuando cayó desvanecido, Simon Kjaer actuó con decisión y calma para darle tiempo a los paramédicos y el resto se aseguró que trabajaran tranquilos.

Christian Eriksen jugó mucho más que un partido de fútbol por la Eurocopa este sábado en el Parken Stadium de Copenhague: luchó por su vida. El talentoso mediocampista, el mejor futbolista de Dinamarca, sufrió problemas cardíacos que lo llevaron a desvanecerse en pleno campo de juego cuando transcurrían 43 minutos del partido ante Finlandia por la Eurocopa, en el debut de ambas selecciones en el certamen.

Transcurrieron 12 minutos eternos, que parecieron días, entre que cayó fulminado y lo sacaron felizmente consciente y respirando por sus propios medios. Allí le volvió el alma al cuerpo a todo el mundo fútbol, que por televisión —y algunos en vivo, porque se habilitó el ingreso de público— vio atónito imágenes que serán difíciles de quitar de la memoria, como la de su cuerpo dando brincos mientras los paramédicos le aplicaban el desfibrilador luego que perdiera el pulso.

No hay certeza aún de que haya sufrido un paro cardíaco, algo que seguramente revelará el paso de las horas. Dio la sensación de que sí, pero al menos sufrió una arritmia que no le permitió al corazón tener una contracción eficaz, lo cual puso en riesgo su vida, según explicó a Ovación el Dr. Daniel Zarrillo, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina del Deporte.

El desfibrilador se aplica solo si hay ausencia de pulso y, de acuerdo a lo observado por Zarrillo, cuando los paramédicos entraron en acción Eriksen tendría pulso, porque demoraron en iniciar la maniobra de los masajes cardíacos. Como no daba resultado, pasaron a la utilización del desfibrilador, que sí hizo efecto.

Daniel Zarrillo. Foto: Archivo El País.
Dr. Daniel Zarrillo. Foto: Archivo El País.

Una de las cosas que destacó el médico fue la actitud que tuvieron los compañeros de Eriksen, lo que ayudó a que los paramédicos le salvaran la vida. Primero, el valor que tuvo el capitán del equipo, Simon Kjaer. No quedar paralizado ante lo que ocurre y dar el paso al frente para tomar una acción es una de las dificultades más grandes. Sin embargo, Kjaer lo hizo con total calma primero para evitar que su compañero se ahogara con la lengua al desvanecerse y segundo al ponerlo de costado, la posición correcta como para darle tiempo a los paramédicos de llegar.

El resto del equipo también fue proactivo. “Fue maravilloso ver lo que hicieron sus compañeros: rodearon el espacio, cubrieron a su amigo y dejaron trabajar a los médicos sin que nadie entrara en pánico”, indicó Zarrillo, quien explicó que eso ocurrió porque se forma a los deportistas para actuar en este clase de casos. Incluso aquí en Uruguay se trabaja en este aspecto, aunque “nos falta mucho. No se puede buscar aplicar protocolos de Eurocopa en el fútbol o el deporte uruguayo”.

Por qué no entró una ambulancia

Una de las cosas que llamó la atención fue que no haya ingresado al campo de juego una ambulancia en virtud de la gravedad del hecho. Sin embargo, el médico uruguayo explicó que no es necesario porque por protocolo de acción en los maletines de FIFA hay medicamentos que utilizan los paramédicos en estos casos.

Otro punto importante es que, a su entender, Eriksen no hizo un paro respiratorio porque en ningún momento fue necesario intubarlo, sino que simplemente se le aplicó el ambú, que es una especie de balón unido a una mascarilla para enviar aire y ayudar la respiración, pero no hubo que mandar oxígeno directo a los pulmones. Ya consciente, el futbolista se retiró del campo en camilla y con una máscara de oxígeno a modo de apoyo. No siempre un paro cardíaco implica uno respiratorio al mismo tiempo.

El drama en la cancha

Nada hizo prever lo que le ocurrió a Eriksen. Estaba haciendo un buen partido, manejando los hilos de Dinamarca sobre Finlandia. De hecho, al momento de desplomarse en la cancha había terminado una corrida al área y se aprestaba a recibir un lateral luego que la defensa rival despejara el balón. Cuando el compañero le dio la pelota, él ya venía cayendo. Entonces se desató el drama.

Christian Eriksen
Kjaer, capitán de Dinamarca, busca consolar a la esposa de Eriksen. Foto: AFP

Los compañeros llorando y rezando, los rivales mirando incrédulos y algunos también sollozando y un silencio sepulcral en las tribunas. El momento más duro fue cuando ingresó al campo de juego la esposa de Eriksen, Sabrina, que fue contenida por el arquero Schmeichel y por el capitán Kjaer. Desesperada y entre lágrimas, recibió en ese momento la noticia de que Christian ya había reaccionado, cuando momentos antes no había señales de mejoría.

Finalmente Eriksen salió consciente, rodeado por sus compañeros, quienes incluso hablaron con él para cerciorarse de que estaba bien antes de salir a jugar lo que restaba del partido. Ah, sí, porque el show debe continuar. Por más que el árbitro había dado por suspendido el encuentro, la UEFA quería que se completara porque hay que cumplir con el calendario. Y obviamente las consecuencias las pagó Dinamarca.

El juego se reanudó, se disputaron cuatro minutos para completar el primer tiempo, se descansó durante cinco y luego a jugar los restantes 45', en los que el ánimo de los compañeros de Eriksen claramente no era el ideal.

Tanto fue así que Finlandia, en su primera presentación en la fase final de la Eurocopa, se llevó la victoria por 1-0 con gol convertido por Joel Pohjanpalo a los 59 y porque el arquero Lukás Hrádecky le contuvo un penal a Pierre-Emile Hojbjerg en el minuto 74.

Dinamarca perdió un partido, pero tiene más motivos para alegrarse que para lamentarse. Eriksen salvó su vida.

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