JOSÉ MASTANDREA
"Me ilusiona ir a un club grande como Peñarol. A esta altura de mi carrera las decisiones ya no pasan por lo económico", dijo a Ovación Pablo Cavallero, el arquero argentino que fue contactado por Juan Pedro Damiani y que, incluso, mantuvo una extensa charla telefónica con Mario Saralegui el viernes por la noche.
Cavallero tiene contrato vigente con en el Levante, club que dio quiebra y dejará una veintena de futbolistas en libertad de acción. El arquero espera la firma de un Juez y los administradores del club para negociar su traspaso con el pase en su poder.
"Creo que entre lunes o martes el tema puede quedar resuelto. Le expliqué a (Juan Pedro) Damiani que hasta que no terminara mi situación con el Levante, no podía ponerme a pensar en Peñarol. A mí me gusta mucho la idea, me ilusiona poder jugar en un grande pero es una decisión que no pasa sólo por lo personal sino por lo familiar", indicó.
Cavallero lleva más de diez años en el fútbol europeo. Después de su debut en el arco de Vélez Sarsfield pasó a Unión de Santa Fe y de allí comenzó su carrera en España.
Jugó en el Espanyol, en el Celta de Vigo y desde 2006 lo hace en el Levante.
Fue arquero de la selección argentina en los Mundiales de Francia 1998 y Corea-Japón 2002. También fue el arquero de Argentina en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, cuando la selección albiceleste obtuvo la medalla de plata.
Cavallero fue uno de los nombres que llegaron a la mesa de sesiones de Peñarol.
Sin embargo, un diálogo mantenido entre Ruben Walter Paz y Ubaldo Matildo Fillol, empezó a inclinar la balanza por el argentino. El "Pato" asesora al cuerpo técnico de los aurinegros en un tema delicado.
Cavallero tiene 34 años y si bien no estaba jugando, dijo sentirse en perfectas condiciones. "Entreno con el plantel y estoy a la par de cualquiera. Hasta ayer trabajé con el grupo y hasta que consiga equipo tengo la autorización para seguir moviéndome con el plantel principal. Sólo me falta fútbol", señaló.
La propuesta de Peñarol lo entusiasmó por el desafío y porque "volver al Río de la Plata seduce".
Casado, con tres hijos, espera acercarse más a su país natal. Ramiro (8), Valentino (5) y Martina (un año y medio) nacieron en España pero su esposa es argentina y ve con buenos ojos el retorno.
"Lo único que le prometí a Damiani es que no lo voy a hacer perder tiempo. Por sí o por no, respondo la próxima semana. No quiero utilizar a Peñarol como trampolín para otros equipos. Quiero tomar la decisión adecuada junto a mi familia", dijo el arquero.
Cavallero también recibió una llamada que lo sorprendió. Fue la de Daniel Alberto Passarella que le habló maravillas de Uruguay y de Peñarol.
El ex técnico de las selecciones de Argentina y Uruguay, fue claro: "mirá que vas a un club grande en el mundo".
Cavallero quedó entusiasmado. Pensando en su futuro, seducido por la posibilidad de volver a jugar y estar cerca de su país.
En Peñarol esperan el "sí" del argentino. Quieren se calce el buzo aurinegro en el Torneo Apertura.
Ayer, ya empezó a calzarse los guantes. Pero no para practicar sino para defender el arco de Peñarol.
Dudamel es otra de las alternativas
Rafael Dudamel también le fue ofrecido a los aurinegros. El arquero venezolano milita actualmente en el América de Cali pero tiene una cláusula gatillo que le permitiría dejar el club colombiano para jugar en otro equipo del exterior.
Dudamel tiene 36 años y una extensa trayectoria defendiendo el arco de la selección "vinotinto".
Además del venezolano, hay dos arqueros argentinos (siempre y cuando no haya acuerdo con Cavallero) que también pueden llegar a vestir el buzo aurinegro.
Raparon a los que recién se incorporaron
El entrenamiento de ayer fue el "bautismo" de Ignacio Medina, Jonathan Píriz y Danilo Asconeguy, los tres futbolistas que llegaron a los aurinegros provenientes de Cerro y Progreso, respectivamente.
El viernes tuvieron que atravesar la pasarela de golpes y ayer pasaron por la peluquería de Los Aromos: el "Loco" Omar Pérez y Fernando "Petete" Correa fueron los encargados de rapar a los jugadores. Claro, el más beneficiado fue Medina porque ya había llegado con su cabeza pelada... pero hubo pelo y barba para los debutantes.