Nacional tiene a dos diamantes en bruto. Uno tiene 18. El otro 17. Ambos rompen los ojos y piden a gritos minutos en Primera. Encaran, se animan, la piden, patean, y entrenan a la par de hombres que, en muchos casos, bien podrían ser sus padres. ¿Los nombres? Bruno Arady y Agustín Dos Santos, los dos talentos juveniles a los que el vicepresidente Flavio Perchman proyecta como las dos “próximas grandes ventas”.
Los amistosos de la minipretemporada que tuvo el equipo en el interior fueron una pequeña muestra. La pegada de Dos Santos se robó la atención de los hinchas que estuvieron presente en el Parque Artigas de Paysandú, donde el chico se lució ese día con dos goles (uno de ellos un golazo).
La fantasía natural en los dribblings de Arady llegó hasta el Parque Liebig’s de Fray Bentos, donde Nacional le ganó 2-1 a Plaza Colonia y el pibe se movió a la par de las agujas del reloj: subía, bajaba, iba de izquierda a derecha, y desde esa punta llegó el primer gol de aquel partido.
Para el entrenador Pablo Peirano, es cierto, no será sencillo darles una chance todos los fines de semana para que desarrollen su potencial. Pero también, cabe decir, ambos se ganaron la chance de al menos integrar futuras convocatorias con rendimientos que hoy los asientan dentro del equipo de Primera División.
El vicepresidente de Nacional fue más allá y en la reciente entrevista con Ovación el pasado martes se expresó al respecto de forma contundente: “La idea es retener a los importantes. Nosotros sabemos que en algún momento Arady y Agustín dos Santos van a ser grandes ventas. De esa manera, tenemos que ir saneando al club. Pero tenemos que tener un tiempo. Nacional viene de dos años sin ser campeón uruguayo y tenemos esa obligación”, dijo, sin mayores rodeos.
Los casos de Bruno Arady y Agustín Dos Santos
A Arady, el pasado abril, le renovaron su contrato por tres temporadas más (hasta julio de 2028) y lo blindaron con una cláusula de salida de US$ 15 millones.
Junto a Gonzalo Petit, fue uno de los que le pidió al cuerpo técnico para empezar a trabajar en su físico por separado. Así fue que, junto a su compañero, empezó a trabajar por fuera del horario de entrenamiento habitual en esa faceta. Además, hizo mucha hincapié en mejorar su físico, según supo Ovación, para mejorar en el retroceso y la colaboración de la marca que tantas veces le pide Peirano.
Por su parte, Dos Santos también tiene tres años más de vínculo profesional y el 100% de su ficha le pertenece al club. Su padre, Jonathan -de 33 años, que actualmente juega en el Mushuc Runa SC de Ecuador- le dio detalles a Ovación sobre el presente de su hijo: “Ya de chico hacía una gran diferencia. Se notaba que era distinto. Con cuatro años, jugaba con los de cinco. Cuando estábamos en México y él tenía ocho años, jugaba con la categoría de 10 y ya se veía... Fue siempre el más chico de su categoría, pero cuando llegó a Nacional le cambió todo. Desde los 13 o 14 años me recalca que su sueño es jugar en Europa”.
Oriundo de Salto, Dos Santos jugaba en Universitario y fue captado por el Pato López durante un captamento que se hizo en la ciudad. En 2021 firmó su primer contrato y al año siguiente se mudó a Montevideo, donde empezó como extremo y terminó de mediocampista mixto por sugerencia de Joaquín Papa en Sub 14.
Desde 2024, vive en la residencia de juveniles de Nacional, donde también hay espacio para la travesía propia de la edad. “Mi meta para el año que viene, si Dios quiere, es meter un entrenamiento con el primer equipo. Me gustaba mucho cuando era chico Neymar, pero ahora me gusta mucho Kevin De Bruyne”, decía en una entrevista de 2024.
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