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Andrés Lamas: cuando “anuló” a Messi, la camiseta que le negó Cannavaro y el sentimiento ambiguo con Defensor

El Zurdo rescindió en Cerro, tiene 39 años y confesó: "Es la primera vez que me pasa de no estar desesperado porque un equipo me llame”.

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Andrés Lamas celebra con la camiseta de Defensor Sporting.
Andrés Lamas celebra con la camiseta de Defensor Sporting.
Foto: Fernando Ponzetto.

Su nombre es Andrés Lamas, pero conocido por todos como el Zurdo. Tiene 39 años y una larga trayectoria que lo llevó a vivir grandes experiencias dentro y fuera de la cancha. De muchas de ellas charló con Ovación y a continuación se pueden conocer.

- Rescindió en Cerro y ya tiene 39 años. ¿Qué va a pasar con su futuro?

- Lo estoy evaluando. Primero, no me esperaba no estar jugando porque tenía contrato en Cerro y el objetivo, cuando renové, era la alegría de volver a Primera División. Tenía esas ganas de volver a tener un partido contra Peñarol, Nacional, de disfrutar ese ambiente. De cualquier forma, lo pude disfrutar en las finales con Rampla y fue uno de los momentos con más adrenalina de mi carrera. Cuando llegué a Cerro, mi objetivo era que mi carrera no terminara con el episodio de Defensor. Sentía que no me lo merecía. Pero no me imaginé jamás vivir una tensión y una adrenalina como la que vivimos en esa final. Fue de los cinco partidos en los que más tensión y adrenalina sentí. Fue como volver a decir: “La llama esta viva, loco. Sigo sintiendo el fuego sagrado, lo tengo adentro”. Entonces no me esperaba salir de Cerro, que el técnico me dijera que no iba a contar conmigo, pero en una charla con los directivos, que se dio de buena manera, entendía que no valía la pena seguir remando. En ese momento me pasó de no tener más ganas de que otro equipo me llamara, salvo que fuera un bombazo.

- ¿Entonces?

- Físicamente me siento bien. Pero eso en algún momento se termina. Yo no me moví tampoco y por más que tenga ganas, quiera y pueda, si no te llaman…

- Le dieron ganas de retirarse.

- Sinceramente me pasó de tener ganas de que me surgieran otras cosas antes de un equipo. Es curioso porque me encantaría seguir jugando, pero no puedo definir con claridad exactamente qué quiero hacer. Es la primera vez que me pasa de no estar desesperado porque me llame un equipo.

El festejo de Andrés Lamas en el Cerro-Miramar Misiones. Foto: Francisco Flores.

- ¿Y no se pone un plazo de cierto tiempo para decidirse?

- No soy de ponerme plazos; soy de hacer lo que me va diciendo el corazón.

- ¿Le quema la cabeza pensar en lo que pasará después de su retiro profesional?

- Sí, es lo que me tiene ocupado. Hace dos años había arrancado con un emprendimiento de productos de limpieza y si bien es algo que no me gusta, me lo puse como un ejercicio de superación y de crecimiento. Le venía dedicando bastante tiempo, pero no me daba. Ahora estoy aprovechando para ver si puedo poner a funcionar eso y que sea una entrada para la familia. Siento que tengo un terreno ganado en toda la parte de intermediación en el deporte, en cuanto a contactos, y me siento dentro de mi mundo, que es el fútbol.

- ¿Por qué decidió meterse en la Mutual y qué desafíos le ha implicado?

-Por mis valores. Te insume arriesgarte, te da vida en algunos momentos porque te llena de energía, pero también te saca. El 2017 fue de las experiencias más lindas de mi vida. Fue un año de entrega total a cambio de mis valores. Fue durísimo. Reuniones, angustias, nervios, llegar a las dos de la mañana a mi casa y que mi mujer me dijera: “Dejate de joder con eso”... Pero pasás raya y fue de los momentos mas lindos de la vida, porque realmente estás involucrado en algo. Ahora andamos en un momento parecido, solo que no estoy participando el tiempo que me gustaría.

- ¿Cómo es su sentimiento con Defensor hoy? Allí vivió los mejores momentos de su carrera, pero se terminó marchando por la puerta de atrás...

- Soy hincha de Defensor y es una parte enorme de mi vida. El tiempo me hizo hincha. Me di cuenta cuando me fui: seguía hinchando a muerte jugara quien jugara. Además, está todo el sentido de pertenencia que te genera, aunque no seas hincha. Me sigue generando una contradicción, un sabor amargo, porque hoy está al frente la misma gente que, creo, se equivocó tremendamente conmigo y con mis compañeros. La agresión fue al plantel entero. Después, se logró ascender, pero todo lo que se hizo iba en contra del futuro de los jugadores y de nuestra dignidad. Se llegó a un juicio, se ganó categóricamente, la sentencia fue lapidaria y nunca pidieron perdón. Le hicieron mucho daño a nuestras carreras, a nuestra imagen, pero también nos hicieron mucho más fuertes. Reconocí a personas que son de fierro y eso es un tesoro.

- ¿Qué imagen cree que le quedó a la opinión pública?

- Para muchos, nosotros quisimos explotar el club. A mi modo de ver, fue todo lo contrario. Tuvimos un problema, lo intentamos resolver internamente, no sacamos nada para afuera y después hubo una gran agresión al plantel. Justo fui yo el que quedó enfrentado en ese momento. Pero esos no eran los valores de Defensor.

Andrés Lamas. Foto: Francisco Flores.

- ¿Alguna vez se enojó tanto con un DT como con Leonel Rocco?

- No, yo jamás en la vida había tenido un encontronazo como el que tuve con ese entrenador. Los dirigentes ni siquiera me llamaron para ver qué pasó. Esa es la principal muestra de falta de sentido de pertenencia.

- ¿Lo recuerda como el peor momento de su carrera profesional?

- Sí. Ese y cuando me rescindieron unilateralmente en Barcelona de Guayaquil, con la diferencia de que con ese club no tengo nada sentimental. Defensor es parte de mi vida. Mis compañeros la pasaron mal de verdad. Los que se quedaron jugando también.

- En Barcelona de Ecuador tiene una anécdota muy particular del día que lo presentaron. ¿Cómo fue la historia?

- Estábamos en un hotel y en vez de irme con mi compañero, me quedé merendando pensando que en 40 minutos llegaba bien. Salí a falta de 35 y ¿sabés lo que era el tránsito en Guayaquil? Imposible. Íbamos por una avenida y quedaba un kilómetro para el estadio. Era un mar de gente caminando. Yo tenía esperanza de hacer esa parte rápido, pero estaba tapada e íbamos a paso de hombre. Me quería morir. Ya hacía 15 minutos que tenía que estar y no podía llegar tarde al primer partido. En la desesperación, le pagué al taxista, ni le pedí el cambio, pero lo quería matar porque se tiró de crack con un atajo y no llegamos. Él le decía a los policías “vengo con Lamas” y los policías le decían: “¿Quién es Lamas?”. Cuando vi a un hincha en una moto se me prendió la lamparita y dije: “La única chance que tengo de llegar mas rápido es subiéndome”. Ahí lo encaré, le dije “soy Lamas” y me reconoció. El loco iba emocionado, esquivando gente. Y al final llegué, pero llegué tarde.

- También tiene otra muy particular con Fabio Cannavaro. ¿Le negó la camiseta?

- Sí (risas). Él me estaba marcando y había sido el mejor jugador del Mundial hacía dos años. En un córner, para romper el hielo, le tiré la de la camiseta, pero me faltó contundencia y después no me dio para ir a buscarlo cuando terminó el partido. Me daba vergüenza. Cuando llegué al vestuario, un par de compañeros le dieron la camiseta al utilero, que se caminaba todos los túneles hasta el otro vestuario. Volvió con cuatro remeras del Real Madrid y con la mía para atrás. No sé si fue casualidad, pero me hizo sentir tan mal que dije: “Nunca más pido una camiseta”.

Andrés Lamas en su presentación en Recreativo de Huelva.
Andrés Lamas en su presentación en Recreativo de Huelva.
Foto: Archivo El País.

- Le tocó marcar a Lionel Messi por esos años. ¿Pudo controlarlo?

- Le saqué un par de pelotas, sí. Se ve que ese día no estaba muy inspirado. Yo lo miraba y no podía creer. Parecía que lo conociera. Te dan ganas de decirle: “¿Qué hacés, loco?”. Estábamos hablando del 2008, cuando ya era crack.

- ¿Lo anuló en ese partido?

- Podríamos decirlo sí. En alguna jugada lo anule (risas).

- ¿Cuál fue el mejor momento de su carrera?

- El 2007 y el 2017 son los dos años más lindos.

- En 2007, curiosamente se estuvo a punto de ir a Rentistas. ¿Qué pasó?

- El DT me engañó. Hablé con él un viernes y le dije que al otro día le contestaba. Íbamos a jugar la Libertadores con mis compañeros de toda la vida de Séptima, y era mi sueño. Cuando lo volví a llamar, me dijo que ya había contratado a otro y que no le había gustado cómo le había hablado. Fue una decepción. Me puse a llorar. Me dio un ataque de ira. Y sin embargo fue lo mejor que me pasó en mi carrera.

- Ese año terminó haciendo un gol con el que Defensor fue campeón uruguayo y al día siguiente tuvo examen en la Facultad de Ciencias. ¿Le quedó pendiente terminar?

- En aquel momento decía que la iba a terminar... Y no me molestaría volver a un salón de clases, porque ahora estoy haciendo el curso de DT y me encanta. Pero siendo más grande y teniendo hijos te das cuenta de que el tiempo es finito y de que las energías las tenés que enfocar no solo en cosas que te gusten, sino que te rindan. Entonces en este momento no terminaría la carrera.

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