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Álvaro Gutiérrez encontró la columna vertebral de Nacional: definió la zaga, el doble cinco e hizo otros retoques

En tan solo 30 días de trabajo de trabajo el Guti pudo hacer lo que Ricardo Zielinski no consiguió en casi cuatro meses: tener una columna vertebral y un sistema definido.

Álvaro Gutiérrez.
Álvaro Gutiérrez.
Foto: Francisco Flores.

Por Ángel Asteggiante
No armó el plantel y no tuvo tiempo de trabajo para plasmar su idea. La realidad de este Nacionalle exigía a Álvaro Gutiérrez resultados inmediatos para intentar enderezar el rumbo. En medio de esa situación, el entrenador optó primero por ir a lo básico y solucionar los problemas más importantes para luego pasar a lo macro y empezar a hacer pequeños retoques que le permitan darle su impronta al equipo.

Lo cierto es que en tan solo 30 días de trabajo el Guti pudo hacer lo que Ricardo Zielinski no consiguió en casi cuatro meses: tener una columna vertebral y un sistema definido: 4-3-3.

Salvo por el puesto de arquero (Sergio Rochet), que nunca estuvo en duda, el Guti encontró la zaga, el doble cinco y a partir de ahí el equipo empezó a tener un mejor funcionamiento y algunos rendimientos individuales también empezaron a dar señales positivas a partir de la mano del entrenador.

Fabián Noguera ya definió y mira el desenlace de la jugada.
Fabián Noguera ya definió y mira el desenlace de la jugada.
Foto: Juan Manuel Ramos.

El Guti consolidó en el fondo a Fabián Noguera y Diego Polenta. Al primero lo trajo el propio Zielinski, pero nunca pudo encontrarle un socio y por eso el argentino recién ahora está mostrando su mejor versión. En el caso de Polenta también es verdad que el anterior DT ligó poco, porque el zaguero llegó sin ritmo y le costó ponerse a punto en los primeros encuentros.

En el mediocampo, y aquí es donde puede estar la mayor diferencia entre Zielinski y Gutiérrez, es que el actual DT encontró la fórmula rápidamente. Puso al Torito Rodríguez de volante tapón y más adelantados a Francisco Ginella y Diego Zabala.

Diego Zabala.
Diego Zabala.
Foto: Juan Manuel Ramos.

Cabe recordar que el argentino nunca pudo usar a Ginella porque se estaba recuperando de una lesión, pero tampoco encontró un acompañante para el Torito. Probó con todos, incluso con Gastón Pereiro en un posición que claramente no la siente, y el equipo sufrió en reiteradas ocasiones. Gutiérrez aprovechó la vuelta de Ginella, que encima lo hizo a buen nivel, y acertó adelantando a Zabala. Con la cancha de frente y con menos responsabilidad en el retroceso, el volante volvió a ser determinante como en la temporada anterior.

Después, en líneas generales, también está a la vista que con la llegada de Gutiérrez algunos futbolistas mejoraron sus rendimientos individuales. Después del clásico, el único partido que el DT perdió desde su regreso al club (ganó cuatro y empató uno), Camilo Cándido empezó a mostrar signos de mejoría.

Ni que hablar los casos de Federico Martínez, que tras superar dos lesiones musculares demostró que ofensivamente es indispensable en este Nacional, y el Colo Ramírez que se afirmó con goles y buenas presentaciones como referencia de ataque.

Juan Ignacio Ramírez.
Juan Ignacio Ramírez.
Foto: Juan Manuel Ramos.

Párrafo aparte para Manuel Monzeglio que volvió a la consideración y hoy es de las principales armas de recambio que tiene el equipo para buscar soluciones desde el banco de suplentes.

El Guti todavía está camino a encontrar la mejor versión de Pereiro, jugador que conoce muy bien de su anterior pasaje en la institución. Llegó como el mejor refuerzo del semestre, pero con Zielinski no pudo desnivelar. En el último partido ante Deportivo Independiente Medellín puso un gol clave, pero todavía se espera más de un jugador con la clase y la jerarquía de Pereiro.

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