Alejandro Lembo: el elogio clave a la gestión de Perchman y el apoyo “masivo de la gente” en su duro momento

Vivió meses movidos. Internado en el hospital, luchando por el partido más importante: el de la vida. Alejandro Lembo (47) lo consiguió como cuando portaba el brazalete de capitán de Nacional y levantaba las copas del tricampeonato Uruguayo (2000, 2001 y 2002). En esta oportunidad, le ganó al cáncer y de a poco regresó a sus actividades como representante de futbolistas y gerente deportivo en Cooper. Todavía le retumba el apoyo recibido. No solo de hinchas tricolores, sino del mundo del fútbol y más. “Un día me levanté y tenía 300 mensajes”, le confesó a Ovación.

Mantuvo el tema en hermetismo con el afán de poder resguardar a su familia. Pero cuando se dio a conocer, el mismo exjugador quedó atónito con lo que pasó: “Cuando salí (del hospital) vi las redes y fue muy grande. Uno no piensa que pueda tener una magnitud así. No creés que sea tan masivo lo que te rodea, que te va a pasar algo y que tanta gente se preocupe o quiera extender un mensaje de apoyo”.

Foto: Archivo El País.

Lembo es una voz autorizada para hablar del tricolor. Disputó 260 partidos y ganó cuatro Uruguayos. Tras colgar los botines, el Mariscal asumió en 2013 como gerente deportivo y se mantuvo en el cargo hasta 2018. “Fue de lo que me preparé cuando dejé de jugar”, rememoró.

Hubo otro capítulo más en el idilio entre el Bolso y Lembo, ya que en 2023 regresó y lo hizo como asistente del técnico argentino Ricardo Zielinski. Fue de solo 12 partidos.

Esa chance llegó a su mesa porque Zielinski lo había dirigido en Belgrano de Córdoba (2011-2012). Decidió aceptarla por una gran razón y es que era Nacional. “Nunca quise ser entrenador, era un desafío y, como siempre digo, un día me van a llamar para que sea utilero de Nacional y, seguramente, acepte porque es mi casa”, comentó.

Al momento de elegir cuál de los dos roles disfrutó más, no tuvo dudas: “El de asistente, porque el de gerente se disfruta muy poco”.

“En ese momento el club, que ahora está más profesionalizado, debía atravesar grandes cambios y desarrollar distintas áreas”, sostuvo Lembo.

Algunas de esas áreas que Nacional desarrolló bajo su gestión fueron “la parte médica, nutricional y psicológica”. “Todas estaban anticuadas como el scouting que se manejaba con una empresa y pasamos a tener uno propio con dos personas. Ahora hay cuatro”, detalló.

Foto: Estefanía Leal.

A fines de 2024 Flavio Perchman ganó las elecciones junto a Ricardo Vairo. El exrepresentante asumió como vice de Nacional. Durante este tiempo mostró una particularidad y es que siempre habló con la prensa, hecho poco común en los protagonistas del fútbol. “A fin de año voy a ser un pollo al spiedo o uno de los mejores dirigentes del año”, dijo en una entrevista a Ovación.

Lembo, con mirada analítica, definió el estilo de Perchman “como un modelo distinto, que no quiere decir que esté bien o mal”. “Hay que juzgarlo a él como directivo. No por lo que habla, sino por lo que hace”, añadió.

Remarcó que esta directiva al mando de Vairo y Perchman “ha hecho cosas importantes y diferentes”. Puso ejemplos: “Compró pases. ¿Cuánto hacía que en el club no se compraba un pase?”. Esto a colación de la inversión que hizo Nacional para quedarse con la ficha del colombiano Julián Millán.

Enfatizó que esta gestión “trajo jugadores de nivel internacional”. Mencionó el caso del chileno Eduardo Vargas. “Con el diario el lunes no fue una buena inversión, pero realmente había sido una explosión y nadie se negaba a que Vargas tenía que venir a Nacional”, indicó Lembo.

“Trajeron jugadores importantes que no rindieron lo que se esperaba de ellos. ¿Qué pasa en el fútbol? El fútbol son estados de ánimos, son momentos y es un deporte de equipo. Tienen que estar todos más o menos en la misma dinámica de positivismo, de estar bien anímicamente afuera de la cancha para poder rendir adentro, grupalmente que se lleven bien. Hay un montón de cosas que juegan”, insistió.

“Se hizo algo diferente en el club. Y los resultados no son, hasta ahora, lo que se esperaba. Pero le pongo una ficha”, concluyó Lembo.

Foto: Archivo El País.

El 20 de febrero del 2000, Alejandro Lembo debutó en Nacional en la victoria 1-0 ante Deportivo Maldonado por la primera fecha del Apertura. Fue el comienzo de una historia marcada a fuego entre el zaguero y el tricolor. Además de los partidos, las victorias clásicas y los títulos, fue el capitán del equipo que, según él, “dio vuelta la historia” a favor de Nacional, tras los 90 donde Peñarol ganó su segundo quinquenio. “En Nacional aprendí mucho”, dijo Lembo, que arribó al albo con 22 años.

“Traté de observar y más cuando empecé a ser capitán; sentí que debía conocer el club, que necesitaba saber por dónde dirigir al equipo y quería ganar. Necesitaba tener toda la información, que para mí es importantísima en todo lo que se hace”, añadió.

Se refirió al consejo que lo marcó. “Un día vino Oscar Magurno con Dante Iocco y Eduardo Ache. Fue una de las primeras palabras que escuché de un dirigente: ‘En Nacional se barre para adentro, es una nueva política’. Y fue como se cambió la pisada positiva de Peñarol”, rememoró Lembo.

Foto: Ignacio Sánchez.

En 2024, Peñarol sorprendió al llegar a las semifinales de Copa Libertadores, el último equipo uruguayo que lo había conseguido fue el Mirasol en 2011.

Lembo fue claro al afirmar que el fútbol uruguayo “está lejos de competir en planteles y presupuestos”. “Todos pagan más que nosotros. Pero es fútbol”, señaló el exjugador del club tricolor.

“Los grandes tienen estirpe y si te agarran en un buen momento del equipo en esos meses de la Libertadores, pueden meterse en semifinal o ser campeón. Pasó con Nacional en 2009, Peñarol en 2011 y el año pasado”, destacó el representante.

Lembo añadió que “se están haciendo cosas para acercarse a ganar la Copa Libertadores”. Una de ellas: comprar pases de futbolistas.

“Hay puestos que el fútbol uruguayo tiene: defensores centrales, centrodelanteros, volantes, aunque no tenemos muchos punteros rápidos y es lo que más nos cuesta. En el fútbol actual se juega con punteros rápidos, abiertos y, por lo tanto, podríamos elegir de afuera para que nos ayuden a crecer”, profundizó Lembo.