El Gran Parque Central de la Quinta de la Paraguaya

JORGE SAVIA

Los fuegos artificiales, explosivos y radiantes como el fervor que la hinchada puso en lo que representó una conmovedora vuelta a casa, marcaron el final, colorido, estruendoso, impactante, de una fiesta que sería irrespetuoso para con el linajudo abolengo del centenario club de los Céspedes, definirla vulgarmente como la de la reinauguración de su legendario estadio.

El espectáculo de la víspera constituyó para los eufóricos hinchas que tuvieron el privilegio de presenciarlo, nada más ni nada menos que la reencarnación de aquel original "Gran Parque Central" nacido en estos mismos predios de La Blanqueada, en los que también sentó sus reales la histórica y patriótica "Quinta de la Paraguaya", y de todos sus herederos de madera y de cemento, que con el paso de los años, muy de tanto en tanto, se fueron cambiando de ropa, o el maquillaje, pero dejando siempre intactos la nobleza de su corazón y la pureza de su alma.

Es que en este nuevo viaje hacia el futuro que emprende el que hoy por hoy representa un verdadero Monumento del Fútbol Uruguayo, se embarcó también el glorioso e inconmensurable pasado. Y el presente jubiloso del festejo de anoche tuvo el mismo efecto revitalizador que el de esa acción impermeabilizante y reconstituyente que insumió el mayor gasto —200.000 dólares—de los que se hicieron para devolverle el pulso al antiguo escenario, y erradicó cualquier posibilidad de que su últimamente resentida osamenta corra el riesgo de seguir desgastándose hasta hacerse pedazos, pero sin destruir la esencia de su vieja estructura, sino al contrario.

Como al influjo del toque espontáneo de una varita mágica, los "bolsos" de varias generaciones, y desde las proletarias cabeceras hasta los ostentosos palcos, en algún momento se estremecieron con la sensación de que eran partícipes del conmocionante dolor que produjo la emblemática tragedia de Abdón Porte, cuando el 5 de marzo de 1918 comprendió que estaba perdiendo la titularidad y se suicidó con un tiro en la sien después de haberse acostado en el medio de la cancha; o de que en lugar de una noche del 2005, esta era una tarde de los años 20 en la que los jugadores de la camiseta con bolsillo tenían nombres de campeones olímpicos, admirados en el mundo entero, como los de Héctor Scarone, José Nasazzi y José Leandro Andrade; o de que el que salió al campo de juego por esa escalinata novedosa y pintoresca, cuya forma recrea las de aquellas por las que emergían a la arena los luchadores romanos, es "La Máquina del 33" con el "Mariscal" y el gran Domingos da Guía formando una pareja de backs gigantes, más que por su contextura física por su clase; que el ataque tricolor está formado por Luis Ernesto Castro, Ciocca, Atilio García, Porta y Zapirain, y con sus goles, moñas, jopeadas y pisadas el quinquenio se intuye como una muestra de fútbol elegante que será recordado eternamente por muchísimo más que la estadística conquista consecutiva de cinco campeonatos; o de que los campeones de América y del Mundo del 80 van a dar la vuelta olímpica aquí mismo, festejando la obtención de un "Uruguayo" en el que ganaron todos los clásicos y llegaron a sacar 14 puntos de ventaja sobre el tradicional adversario.

Sí. Los fuegos artificiales anunciaron la reencarnación del genuino "Gran Parque Central", en este otro —histórico y moderno, a la vez— que al fin de cuentas se sustenta sobre los mismos pilares del sentimiento, intransferible e incomparable, que cuentan que expresó el "Loco" Abreu, cuando en su anterior regreso al club apareció una tarde por Los Céspedes, fue a saludar a los botijas de 6a. y 7a. división que estaban practicando en la cancha "de abajo", y les dijo: "yo quisiera estar en su lugar, muchachos... porque tuvieron la suerte de empezar acá; yo, en cambio, demoré años. Y hubiera querido llegar mucho antes."

El Dr. Hernán Navascués concurrió ayer de tarde a la sede de la Mutual de Jugadores, donde presentó distintos tipos de documentos extendidos por Nacional por un monto de 36.000 dólares.

De esta forma, se disipó definitivamente la posibilidad de que la gremial solicite la inhabilitación de Nacional para seguir disputando el Campeonato Uruguayo Especial 2005 por deudas pendientes con varios ex futbolistas tricolores.

PALQUISTAS

Los arrendatarios de los palcos, oficializaron el nombre que le pondrán a cada uno de esos lugares preferenciales en una gratísima fiesta que tuvo lugar el martes pasado en el Hotel del Prado.

NOMBRES

Las nominaciones tuvieron distintos motivos y orientaciones, que fueron desde la recordación para glorias como Abdón Porte, Héctor Scarone, José Leandro Andrade, Aníbal Paz, Luis Artime, Waldemar Victorino y Víctor Espárrago, hasta un más contemporáneo reconocimiento dirigido a Sebastián Abreu, pasando por los más que justos homenajes para ex presidentes de la talla de José María Delgado, Numa Pesquera, Don Miguel Restuccia —presente en el festejo— y el Dr. Atilio Narancio.

SUSTO

El que "rompió todo", sin embargo, fue el propio "Loco", que en su condición de arrendatario de un palco, asistió a la velada del Hotel del Prado. El delantero le puso "2 de abril", según explicó el minuano "porque es la fecha que los del otro lado (Peñarol) se asustaron y me impidieron que jugara un clásico..."

AMISTOSO

Nacional logró que la fiesta fuera completa, conquistando una victoria.

DESVENTAJA

Nacional ganó de atrás, por 3 a 2, tras haber culminado el primer tiempo perdiendo por 2 a 1.

PARODI

Martín Parodi convirtió el primer gol de Olimpia, pero no lo gritó, y fue el mejor jugador de la cancha en los 45’ iniciales.

TRICOLORES

Los goles de Nacional fueron anotados por Sebastián Abreu, Gonzalo Castro, que en el complemento ingresó por Machado, y Juan Albín, que entró por Ruben Sosa.