Sodre en picada

Desde que se fundó, CX-6 fue siempre "el Sodre". El oyente no decía "la 6" ni "650": Sodre se acuñó como una marca. Tanto, que cuando el Instituto cambió sus cometidos hizo malabares para conservar la sigla: el Servicio Oficial pasó de "Difusión Radio Eléctrica" a "Difusión, Radiotelevisión y Espectáculos" perdiendo después "televisión" pero manteniendo la radio.

Pues esta administración -a pretexto de distinguirla de la 26 y la 38- rebautizó a CX-6. Le puso Radio Clásica, como si su música culta fuera sólo "clásica" y no incluye géneros como barroco, romántico, impresionista, charanga y jazz. Y le implantó el sobrenombre sin siquiera buscar originalidad, ya que lo calcó del que luce desde hace años una emisora -privada- de Buenos Aires.

Y más allá del nombre ¿qué cambió?

Al identificar a la emisora, se reemplazó al locutor con cortinas de Fabini o arpegios de arpa por un embutido de monotonía con la orquesta sinfónica afinando en languideciente la.

Nada de locución en vivo. Todo grabado. Pero como las voces se registran aparte de los temas, el operador suele pegar el anuncio -"se trasmitirá"- y el cierre -"se ha escuchado"- de obras que no se irradian. Es cada vez más repetido que la voz grabada anuncie a Liszt y salga Orff, sin que nadie por pudor rectifique el gazapo. Y es usual que si hay que cortar un CD porque falla, no exista locutor en vivo que recomponga el programa. Todo impersonal, nada intimista.

Otro cambio: el anuncio de la actividad mensual también se graba. Resultado: el lunes 17 se sigue anunciando el concierto para el sábado 15 sin que a nadie le importe.

Décadas atrás, los avisos a los navegantes habían sido desplazados de la mañana del Sodre: eran apropiados para frecuencias destinadas a servicios especializados, pero no para AM. Por tanto, con alta sensibilidad el nuevo régimen restableció ese ventilador de audiencia.

En síntesis: lo que sale al aire de la Radio Oficial es símbolo de dejadez e incuria, por no decir ejemplo de desamor al arte, que es todo lo contrario de la razón de ser que tuvo y deberá tener el Sodre.