Lubetkin y la realidad

El canciller Mario Lubetkin tiene dos particularidades muy notorias: el optimismo y la soberbia. Sobre lo primero, lleva desde que asumió asegurando que se iba a firmar el acuerdo con la Unión Europea, llegando a decir que era “muy optimista” en la materia. Las noticias de estas horas son elocuentes al respecto. Eso conecta con la soberbia, que lo ha llevado a hablar como si fuera una luminaria de la política internacional. Las noticias de estas horas son elocuentes al respecto.

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