La ministra de Industria, Fernanda Cardona, tuvo duras palabras para la gestión anterior que, según su punto de vista, no dejó una planificación suficientemente detallada de políticas industriales a futuro. Lo que Cardona, con la típica pedantería del burócrata recién asumido no quiere entender, es que la economía de un país no se planifica desde un gobierno. Lo hacen los privados, que son los que arriesgan capital y esfuerzo. El estado ayuda y apoya, pero nunca es el que dirige.