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Resultados para la gente

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El conjunto de políticas públicas que despliega todo gobierno tiene un fin específico y es lograr mejores resultados en la calidad de vida de las personas.

Los caminos por los que estos resultados se alcanzan pueden ser diversos y discutibles, incluso existen errores y muchas veces lo que se logra no es lo buscado sino lo contrario como en todos los ensayos socialistas de la historia, pero el fin último de los gobiernos es mejorar la vida de sus mandantes.

La base para lograr estos resultados es el desarrollo de una buena política económica, que genere estabilidad y confianza en el país. La razón es evidente, no existe proceso de desarrollo sin inversión y nadie invierte si no cree que sus derechos van a ser respetados, que no lo van a confiscar ni a aumentarle los impuestos, no le van a cambiar las reglas de juego fundamentales, ni va a existir paz social, estabilidad monetaria, entre otros. Todo esto se resume en que debe existir una conducción económica que asegure libertad y posibilidad de proyectar hacia el futuro.

El gobierno uruguayo ha tenido desde marzo de 2020 una política económica consistente y creíble, un cambio fundamental respecto al pasado reciente. En efecto, mientras que el gobierno anterior anunciaba que el déficit fiscal iba a descender y aumentaba, al punto de culminar con el doble del anunciado, el gobierno actual ha cumplido sus metas fiscales. Más recientemente incluso los analistas corren detrás de las proyecciones de crecimiento del gobierno cuando hace unos meses las calificaban de excesivamente optimistas. Todo esto construye confianza y, más aún, al constatarse que se está en un nuevo sendero se cimenta el camino para las inversiones nacionales y extranjeras.

Ahora bien, una buena política económica es necesaria para lograr que se incremente la inversión y crezca la economía, pero esos no son objetivos en sí mismos. Esto debe traducirse en resultados concretos que pueden ser, por ejemplo, un incremento del empleo en la economía y una reducción de la pobreza y la indigencia, como indicadores específicos a seguir. Pues bien, veamos con algún detalle la evolución de estos indicadores.

Los últimos datos de empleo disponibles a octubre muestran que se alcanzaron los niveles de empleo previos a la pandemia. La tasa de desempleo alcanzó el 8%, el dato más bajo desde abril de 2019 y sensiblemente más bajo que el 10,5% con que culminó la administración del Frente Amplio. El dato de ocupados de octubre suma 68.000 empleos respecto a igual mes del año pasado y nos encaminamos a superar la meta fijada por el gobierno de 45.000 puestos de trabajo creados este año, otra cifra que había sido criticada por optimista.

Mientras que en los dos últimos años del gobierno anterior la pobreza aumentó en unas 30.000 personas (con crecimiento económico), el gobierno actual, luego de atravesar lo peor de la pandemia muestra que los datos comienzan a mejorar.

El mercado de trabajo es clave en toda economía ya que es de dónde obtiene sus ingresos la mayor parte de la población. Su marcado dinamismo permitirá ya no solo alcanzar el nivel prepandemia sino ir recuperando sobre los 60.000 puestos de trabajo que se perdieron durante el último gobierno del Frente Amplio, como consecuencia de sus descarriadas políticas laborales.

Respeto a los datos de pobreza, el gobierno también puede exhibir buenas noticias aunque reste por seguir avanzando. En efecto, el INE comenzó a publicar datos semestrales de pobreza, un avance en nuestras estadísticas, otro tema en que el gobierno ha logrado mejoras significativas. El dato del primer semestre de este año da cuenta de una disminución de la pobreza en personas desde el 11,6% del año pasado al 10,2%, lo que significa que 50.000 personas salieron de la pobreza.

Es un dato muy alentador. El año pasado en Uruguay el incremento fue significativamente menor que en la región y ahora muestra una importante recuperación. Asimismo es bueno analizar este dato en perspectiva. Mientras que en los dos últimos años del gobierno anterior la pobreza aumentó en unas 30.000 personas con crecimiento económico y sin que existan razones relevantes para justificarlo, el gobierno actual, luego de atravesar lo peor de la pandemia muestra que los datos comienzan a mejorar.

Ciertamente el gobierno actual debe mejorar la situación que heredó y está en ese camino, pero no puede obviarse, como en ningún país del mundo, que la pandemia llevó a un deterioro que ahora es indispensable recuperar para luego mejorar el panorama. Los resultados son alentadores y muestran el acierto de las medidas económicas y sociales del gobierno. Más empleo y menos pobreza son buenas noticias que deberían celebrar hasta los más acérrimos opositores.

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