Otra ola marina

Tomando prestado el título de una vieja canción que más de un lector recordará, es oportuno señalar que también en materia educativa el Gobierno del Frente Amplio tiene un motor que camina para adelante y otro motor que camina para atrás. Lo que ha pasado con la enseñanza de los idiomas es un ejemplo típico de esa actitud.

Primero, se redujeron por un lado las clases de inglés en Secundaria mientras que por otro, y casi simultáneamente, las autoridades de Primaria anunciaron que lo incorporarían en las escuelas.

Después, se suprimió la enseñanza del italiano, lo que provocó una protesta del Gobierno de ese país.

Y ahora, se anuncia que el año próximo continuará la reforma curricular, adelantando, inicialmente, que el inglés tendría una carga horaria distinta y confirmando, después, que se ha constituido una Comisión de Política Lingüística, integrada por técnicos, que se encargará de proponer cuáles serán los idiomas que se enseñarán en escuelas y liceos y de definir si la enseñanza pública debe incluir el aprendizaje de una segunda lengua, y en ese caso, cuál sería la segunda lengua o si es conveniente enseñar varias.

Lo que debió hacerse al principio se está colocando al final y lo que correspondía haber resuelto desde hace meses, recién se dispuso.

Hay un hecho notorio y es que los Directores del Codicen no están en condiciones de dar cumplimiento a lo que dispone el artículo 202 de la Constitución cuando impone que los organismo de enseñanza "serán regidos" por Consejos Directivos Autónomos. Esta costumbre -que ya se ha vuelto hábito-, de pasar a un multitudinario Congreso Nacional de Educación o a más modestas Comisiones de Políticas Lingüísticas la consideración de temas que las autoridades están obligadas a resolver, por sí y ante sí, pone de manifiesto la incompetencia o el desinterés de quienes están obligados a hacerlo, reflejados en idas y vueltas, vacilaciones e improvisaciones, marchas y contramarchas, que afectan uno de los bienes más preciados que tiene el país, como lo es la educación de las nuevas generaciones.

Se trata de una comprobación lamentable.