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Ni silencio ni tabú

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Ayer se presentó en Torre Ejecutiva con la presencia de las principales jerarquías del gobierno nacional, la edición 2023 del programa Ni silencio ni tabú, impulsado por el Instituto Nacional de la Juventud. Su director, el Dr. Felipe Paullier, viene impulsando este tema desde que asumió la conducción del organismo, logrando que otros actores claves del sistema se sumen a una iniciativa fundamental como es la prevención del suicidio entre jóvenes y adolescentes.

La campaña pública con notables videos que explican la situación desde el punto de vista de los jóvenes muestra el asunto desde la perspectiva de la persona que sufre una situación de depresión, y da claves sobre cómo poder ayudar a un familiar, un amigo o un conocido que enfrenta esta enfermedad.

También en la página web www.gub.uy/salud-mental-adolescente se encuentran muchas herramientas útiles. Algunas están destinadas a adultos referentes y familias, y abarcan desde por qué es importante abordar estos temas en la adolescencia y la juventud a tips para hablar con adolescentes. También hay herramientas específicamente destinadas a los adolescentes, como la dificultad para hablar de sentimientos, mitos y tabúes sobre salud mental y sobre cómo es ponerse en sus zapatos.

El gobierno nacional ha fijado este tema entre sus prioridades, como queda claro a partir de la rendición de cuentas recientemente presentada al Parlamento en que se destinan unos 20 millones de dólares a la problemática. Y el asunto no es solo de recursos, a partir del empuje de Felipe Paullier se viene desarrollando una intensa agenda de sinergias interinstitucionales para lograr que las políticas públicas en la materia sean más eficientes y eficaces.

Pero quizá el principal logro del programa que se viene desarrollando, y que este año cobra un nuevo impulso, es haber puesto en la opinión pública un tema del que es muy difícil hablar. Incluso muchas veces resulta doloroso. Pero en este asunto, como en tantos otros, lo peor que podemos hacer es ignorarlo y pretender que no existe cuando es vital y da cuenta de la principal causa de muerte entre los jóvenes de nuestro país. Así como es necesario que existan programas para disminuir los accidentes de tránsito y otros asuntos en que la prevención es la clave, los suicidios en muchos casos también pueden prevenirse. A veces es una palabra a tiempo, la ayuda de alguien cercano o simplemente de alguien que tuvo la oportunidad de ayudar a un conocido.

En este asunto, como en tantos otros, lo peor que podemos hacer es ignorarlo y pretender que no existe cuando da cuenta de la principal causa de muerte entre los jóvenes de nuestro país.

El primer paso es acercarse y hablar con la persona que pensamos que puede estar sufriendo una depresión, escucharla y comprenderla. Con estos gestos que pueden parecer pequeños muchas veces se salvan vidas y bien merece la pena seguir las recomendaciones que nos brinda el programa impulsado por el INJU.

Desde hace mucho tiempo que Uruguay presenta una de las tasas de suicidios más altas del continente, duplicando incluso el promedio regional. No es, por tanto, un tema menor. Por cierto que no es un tema de soluciones sencillas, como es (o debería ser mejor dicho) la recolección de residuos o la mejora del tránsito en una ciudad.

Es un tema complejo, multicausal que debe ser enfocado desde la medicina, la psicología, la sociología y las mejores prácticas disponibles en la materia a nivel internacional. Con todo esto en cuenta es que se logra avanzar, como se está haciendo en este caso, de forma profesional, procurando alcanzar resultados concretos y no meras campañas marketineras para quedar bien que acaban en la nada.

Lo que distingue el abordaje actual es exactamente esta disposición a tomar al toro por las astas e implementar soluciones concretas que realmente impacten y logren salvar vidas.

Los principales problemas que enfrenta una sociedad deben tener una respuesta desde las políticas públicas. Este es un típico tema en que las diferencias políticas deben quedar de lado, aunque en nuestro país eso parece cada día más difícil, especialmente cuando se cuenta con una oposición que es capaz de militar hasta una sequía con tal de golpear al gobierno, aunque detrás de ello también vaya la suerte del país.

En este caso, con dedicación, buenas ideas y mayores recursos, se está haciendo un esfuerzo genuino que bien merece ser destacado y apoyado.

La iniciativa que comenzó hace tiempo el joven director del INJU, seguramente movido por su sensibilidad de médico y su capacidad de liderazgo político, bien merece ser destacada porque su éxito nos hará un país mejor.

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