Tengo la obligación de defender una reforma que hace muchos años que se dice que es urgente, que ahora se apela teóricamente a derogarla, a reformarla, y por otros a un diálogo social. Si esta reforma era urgente hace 19 o 20 años, deberían haberla hecho. A nosotros nos tocó hacerla, nos tocó discutir, conseguir los votos, llamamos a un gran diálogo nacional”, sostuvo y repasó que primero se convocó a un grupo de expertos y después se hizo un anteproyecto.
“Yo se lo llevé personalmente al Frente Amplio, fui a la casa del Frente Amplio”, recordó y agregó que el documento “se trató en las dos cámaras, y se convocaron como a 80 delegaciones”.
El que habló y dijo eso fue el Presidente de la República, Luis Lacalle Pou, durante su visita a la Rural del Prado, realmente molesto por la insistencia en los disparates, excusas y ninguneo que han lanzado desde el Frente Amplio en el tema de la reforma de la seguridad social.
Lo quisieron hacer los tres popes del Frente Amplio (Tabaré Vázquez, José Mujica y Danilo Astori) esos que apalancaron a la izquierda para ser gobierno durante tres períodos consecutivos con mayorías parlamentarias absolutas, lloraron y lloraron por el duro golpe que se venía del lado de la seguridad social, pero no pasaron del lagrimeo y no cumplieron con sus palabras porque les faltó talento y coraje para hacerlo.
Este gobierno, cuando apenas se había instalado, se vio seriamente amenazado por la aparición del covid que puso en jaque la salud y la vida de los uruguayos. Una enfermedad desconocida que se desparramó rápidamente por todo el mundo y a diario caían miles y miles de personas
¿Qué hizo el Frente Amplio ante ese panorama? Cualquiera diría que, como buenos uruguayos, colaboraron en forma abierta con el gobierno en busca de soluciones, porque no se trataba de un tema político sino humano.
No fue así, apostó a llevarle la contra en todo, y le mandó el mensaje de “arreglátela como puedas”. Había perdido las elecciones y ni pensar en alinearse con las decisiones que se tomaban. El gobierno se manejó bajo la premisa de la “libertad responsable”; ellos reclamaban “cuarentena obligatoria” como hizo la Argentina de su amigo Alberto Fernández.
Es más, haciendo un poco de memoria cabe recordar que tres meses después de la asunción como Presidente de Lacalle Pou y cuando el covid arreciaba en el mundo en forma avasallante, el Pit-Cnt decretó su primer paro (7 de junio de 2020) “para defender la democracia”, según dijo su secretario general y hoy presidente Marcelo Abdala. Paradojas de la política, un comunista agitando la bandera de la democracia.
De ahí en adelante, siempre, pero absolutamente siempre, llevó la contra en todo: la Ley de Urgente Consideración, la asfixiante sequía y todo lo que viniera. Hasta esta realidad de hoy, en la que con un horrendo plebiscito sobre el destino de la seguridad social se amenaza con fundir el país.
No les importa nada: el Pit-Cnt ha sido siempre un apéndice del Partido Comunista, donde los dirigentes de uno y otro coinciden y se repiten.
La Central de Trabajadores no es independiente de la agrupación política, solo funcional a sus intereses. Y ellos tienen la aspiración de ganar una en estos cuatro años y medio.
Se han mantenido permanentemente en la vereda de enfrente para boicotear cualquier iniciativa del gobierno o generar obstáculos, problemas y disparates que arruinaran al país bajo el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou y la Coalición Republicana.
Y el resto del FA, incluido el actual vende humo que es el MPP de Mujica, no participan activamente de las decisiones de la dupla mandamás.
Sería bueno que los dirigentes del FA explicaran a sus votantes que con el plebiscito el Estado se apropia directamente de los ahorros de los uruguayos que ya están bajo gestión de las AFAP. Es una expropiación derecho viejo, porque hoy (los ahorros) son propiedad de los trabajadores, de los aportantes.
En el sistema actual la cuenta de ahorro de cada persona es individual. Es parte del patrimonio de cada uno y no es embargable. Esta propiedad que hoy tienen los trabajadores pretenden expropiarla y convertirla en patrimonio del BPS. Lo que se busca con la reforma es hacer desaparecer el derecho de propiedad que hoy tiene cada ciudadano sobre sus fondos y entregárselos al Estado.
Atentos los frenteamplistas porque Yamandú Orsi no les va a explicar eso y mucho menos la expresidenta de Antel.