“Dignidad arriba y regocijo abajo”

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Se veía venir. Existían demasiados comentarios y demasiados trascendidos en la Intendencia de Artigas que apuntaban a un manejo altamente desprolijo en esa comuna. Y por momentos lo de “desprolijo” quedaba corto.

Las horas extras se pasaban sin reparos y nadie parecía tomar en cuenta que se estaba trabajando en una dependencia del Estado (la Intendencia de Artigas) y los excesos en el mal manejo del dinero se habían convertido en un elemento peligroso, que orillaba -por lo menos- lo delictivo.

Y lo que se veía venir, se vino: los tres principales dirigentes departamentales de Artigas fueron procesados por delitos de corrupción. Los implicados -el intendente Pablo Caram, su sobrina, la exdiputada y suplente del intendente, Valentina Dos Santos y el ex director general de la comuna, Rodolfo Caram, primo del jerarca comunal- aceptaron entre este martes y miércoles los cargos que les habían imputado a raíz de la investigación de la Fiscalía por el fraudulento pago de horas extras y compensaciones a determinados funcionarios. Los tres firmaron un proceso abreviado por el cual lograron penas alternativas a la prisión de pocos meses.

Lo que llama la atención es cómo se avanzó en este tema, que era recontra conocido al menos desde el 29 de enero de 2023, fecha en que el caso se hizo público a nivel nacional a partir de un informe que publicó Qué Pasa de El País y salió a la luz el tema de las horas extras. Y el 16 de febrero siguiente, Caram fue recibido por la comisión de Asuntos Políticos del Directorio, algo que sucedió como consecuencia de un planteo del senador Carlos Camy, quien ya veía con malos ojos lo que estaba pasando en Artigas y había plantea-do sus inquietudes en el órgano de conducción. Pero, Camy quedó solo y nadie acompañó, hasta que cayeron las denuncias sobre los involucrados justo cuando empieza la campaña electoral.

Más allá de lo ocurrido en el pasado y el presente queda por resolver el alcance del fallo judicial y el futuro político de los Caram, porque hay dos de ellos por lo menos (Pablo Caram y la exdiputada Valentina Dos Santos) que tienen aspiraciones políticas en las próximas elecciones.

La responsabilidad institucional de la suspensión de la ciudadanía es objeto de debate; mientras que desde el Poder Judicial fuentes consultadas sostienen que carecen de potestades para suspender la ciudadanía, sino que su rol llega hasta comunicar a la Corte Electoral para que decida, desde la Corte Electoral plantean que es el juzgado el responsable de la suspensión y que el rol del organismo se limita a la actualización del padrón.

Tres abogados constitucionalistas (Martín Risso, Ruben Correa Freitas y Eduardo Lust Hitta) se pronunciaron y los tres coincidieron: más allá de que optaron por trabajos comunitarios, la sentencia condena a pena de prisión, pero permite optar por trabajo comunitario. La prisión se sustituye por actividad comunitaria, y en consecuencia, de acuerdo con el inciso del artículo 80 de la Constitución de la República, hay una suspensión de la ciudadanía hasta que se cumpla la condena, que impide ejercer cargos públicos: “Por sentencia que imponga pena de destierro, prisión, penitenciaría o inhabilitación para el ejercicio de derechos políticos durante el tiempo de la condena”.

Es más, sus derechos políticos que quedan conculcados, no permiten ni votar en octubre.

Más allá de las consecuencias, días más, días menos, este tema quedará resuelto. Y en casos como estos viene a la memoria una de las cartas que envió el General Aparicio Saravia a su hermano Basilicio que era colorado y contrario a la revolución que habían iniciado los blancos en 1897. Allí explica por qué luchan él y su Partido Nacional.

“¿Tú crees servir a la Patria en el puesto que ocupas?”, dice Aparicio. “Pues no la sirves, la Patria es algo más de lo que tú supones. La patria es el poder que se hace respetar por el prestigio de sus honradeces y por la religión de las instituciones no mancilladas; la patria es el conjunto de todos los partidos en el amplio y pleno uso de sus derechos”.

“La patria es la dignidad arriba y el regocijo abajo; la patria no es el grupo de mercaderes y de histriones políticos que hace de las prerrogativas del ciudadano nubes que el viento lleva, y que se sientan hoy en donde se sentaban próceres y adalides en los tiempos heroicos de nuestra historia”.

El 10 de septiembre se cumplirán 120 años de la muerte de Aparicio, herido por una bala en Masoller. Es muy bueno, como blancos, recordar su ejemplo y los motivos de su lucha. Ayudaría mucho a muchos.

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