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Dato mata relato

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Los resultados que presenta el gobierno son más que elocuentes. Ya no hablamos solamente de una recuperación de los indicadores negativos heredados de la emergencia sanitaria global, ni de la grave crisis hídrica del año pasado.

Los números son mejores que los que tenía el país en 2019, último año de una administración frenteamplista que gobernó con mayoría parlamentaria y sin otra influencia negativa que su propia ineficiencia.

En lo que respecta a la tasa de empleo (a pesar de la sequía del primer semestre y de la diferencia cambiaria con Argentina), se alcanzó un récord, ya no solo superior a 2019, incluso aventajando índices de 2016. Son 1.724.000 uruguayos trabajando, con un nivel de desocupación declinante del 7,8%.

El gerente de Análisis Económico de CPA Ferrere, Nicolás Cichevski, dijo que “controlando por factores estacionales e irregulares, la tasa de empleo cierra 2023 en máximos desde 2016-2017” y que “en diciembre de 2023 hubo unos 65.000 ocupados más que en diciembre de 2019”. Matiza esos avances señalando que “la mayor parte del empleo creado fue informal”, pero admitiendo al mismo tiempo que “la tasa de informalidad se mantiene en niveles bajos en relación con los últimos diez años”.

Es interesante contrastar lo que el especialista publica en su perfil de la red X, con lo que intencionadamente elige el colega La Diaria para titular una entrevista que acaba de realizarle: “Gasto del Estado destinado a pobreza es insuficiente y el problema podría agravarse”.

Si uno se toma el trabajo de leer la nota, Cichevski compara la política económica implementada por el FA con la de la Coalición Republicana, y reconoce que “una diferencia es que el gobierno (actual) hizo énfasis en una corrección de las cuentas públicas y creo que la herramienta de la regla fiscal es una decisión acertada”. También admitió que “otro aspecto positivo de este gobierno fue haber aprobado una reforma de la seguridad social, algo que siempre es complejo desde el punto de vista político. Más allá de que existan oportunidades de mejora y que sin duda habrá que hacer ajustes de acá a 2040, era y es necesario contener el aumento del gasto en pasividades si se quiere incrementar el gasto social para combatir la pobreza”. Qué raro que La Diaria no tituló la nota con alguna de estas frases…

Por si fuera poco, el especialista termina reprochando a la Coalición “la falta de avances con algunas reformas que el FA no hizo pero que este gobierno había asumido que iba a realizar”, citando “el mercado de combustibles, el pórtland y la reforma del Estado”. Todas propuestas sistemáticamente satanizadas… ¡Por el Pit-Cnt y su obediente brazo político, el Frente Amplio!

Es la receta a que nos tiene acostumbrados el periodismo militante: si se trata de hacer campaña, las opiniones técnicas se tergiversan, los errores de gestión se magnifican y, llegado el caso, se apela directa y descaradamente a la mentira.

Carente de argumentos sólidos con los que incendiar la pradera, el Pit-Cnt opta por hacer una manifestación ¡contra las leyes que impulsa el nuevo gobierno argentino! El dirigente de AEBU, Fernando Gambera, salió a decir por televisión que el rechazo a las medidas de Milei es “nuestra lucha, una lucha global, una lucha de todos, porque no estamos exentos de que aquí haya también cabezas que estén pensando en eso”. El sindicalista protesta contra “ni más ni menos que la venta del Banco de la Nación Argentina. Es como si aquí en Uruguay, un gobierno por sí y ante sí tuviera la loca pasión de vender el Banco de la República, del cual somos accionistas los tres millones de uruguayos”.

La verdad es que tanto intento desesperado por polarizar a la opinión pública debería generar un poco de autocrítica.

No se plantea ni se planteó nunca vender el BROU ni puede decirse que esta institución estatal tenga a los uruguayos como “accionistas”, un disparate total en que incurre usualmente el infantilismo de izquierda, cuando se refiere a las empresas públicas. Lo paradójico es que este mensaje delirante proviene del sindicalista de un sector como AEBU, que justamente se ha mostrado como el más razonable dentro del Pit-Cnt, el único que asumió en forma explícita que el proyecto a plebiscitar contra la reforma previsional es un mamarracho mayúsculo y contraproducente.

Con tamañas barbaridades dichas en pleno mes de enero, nadie puede prever la fruta que serán capaces de tirar cuando la campaña se ponga al rojo vivo.

Por suerte, lo del título.

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