Cría cuervos

En el acto de lanzamiento del Diálogo Social, realizado el miércoles pasado en el Auditorio Nacional del Sodre, ocurrió un hecho tan desagradable como previsible.

En el momento en que se invitaba a hacer uso de la palabra al coordinador de la iniciativa, Hugo Bai, un hombre de entre el público la emprendió a gritos con todo tipo de reclamos maximalistas, formulados de manera insultante. De entrada nomás se dirigió a Yamandú Orsi y Gabriel Oddone, a quienes calificó de “empleadillos de lujo del sistema financiero internacional”.

Señalándolos con el dedo, exclamó que “ustedes hablaron y hablaron de eliminar las AFAP y en su momento traicionaron al pueblo y mandaron a votar el No, a no poner la boleta del Sí. Ustedes saben que son empleados de lujo, que están haciendo mandados. Ustedes saben que todo esto”, en clara alusión al Diálogo Social que se estaba inaugurando, “es una mentira; que están trabajando para la oligarquía financiera internacional. ¿Saben? Están robando la plata, porque están en puestos donde les dicen lo que tienen que hacer”. Y la completó con una expresión de antisemitismo ignorante y berreta: “Por eso no se anima, por eso Orsi no se anima a decir que el estado de Israel es sionista. El sionismo es el que pone la guita. El sionismo y las agencias calificadoras de riesgo” (sic).

El ponente quiso interrumpirlo dando la bienvenida “a todos y todas”, pero la corrección política no le bastó para acallar al iracundo manifestante. Incluso abucheos del público no lograron silenciarlo. Ni siquiera algunas personas que aparecieron de pronto detrás de él, dudando visiblemente entre dejarlo hablar o sacarlo a la fuerza, conscientes de que cualquier contacto corporal sería usado por los radicales para denunciar una “represión fascista”.

La crónica de Telemundo (canal 12), consigna que esta persona se encontraba en la puerta del Sodre desde las 18.30 junto a una decena de manifestantes, entre los que se contaba Irma Leites, portando una bandera que decía “A las AFAP las vamos a derrotar en las calles”.

¿Por qué nos parece interesante dedicar este editorial a un hecho tan patético? No por lo que dijo el ciudadano: una sarta de disparates y estupideces propias de quien tiene el entendimiento quemado por un fundamentalismo ideológico tan ignorante como trasnochado.

Lo que interesa aquí es observar cómo el invento mata al inventor y cuán certero es aquel refrán de “cría cuervos y te sacarán los ojos”.

Porque las tonterías radicales no solo han sido toleradas por el Frente Amplio: se han servido de ellas para hacer demagogia barata en los períodos preelectorales.

Solo así se entiende que hayan embarcado al país en una discusión estéril de un año y medio contra la LUC del gobierno anterior, subiéndose al carro manijero del PitCnt, cuando los propios legisladores frenteamplistas habían votado varios de los artículos cuestionados.

Solo así se entiende que -con la excepción de un puñado de economistas que firmaron un manifiesto, pero callaron lo más que pudieron- el FA haya acompañado la dañosa campaña plebiscitaria contra la reforma previsional impulsada por la central obrera. En el fondo fue tal cual como lo dijo el iracundo manifestante: mientras la fantasmada del Sí les sirvió para acumular fuerzas contra el gobierno de Lacalle Pou, la acompañaron despreocupadamente y solo se limitaron a aclarar, como gracioso disclaimer, que llamarían a este Diálogo Social, extenso y con participación variopinta, para mostrarse preocupados en la corta, pero a la larga dejar todo como estaba.

Aun en su ignorancia e infantilismo, los radicales tienen derecho a sentirse estafados, porque la izquierda los usa cuando le conviene, y después, obviamente, los aparta para el costado y evita los desastres que acontecerían al país si aplicara sus delirios. Viendo este escrache es difícil olvidar a altos dirigentes del FA en plena campaña -incluso moderados como el actual intendente Bergara-exaltar a sus huestes denunciando que el gobierno trabajaba para los “malla oro” y echando mano al cuco de una lucha de clases que sabían obsoleta.

Es significativo que cuando gobierna la Coalición Republicana, estos trogloditas no hacen escándalos públicos. Al igual de lo que pasó con la espantosa ocupación de la sede del Codicen durante el gobierno de Vázquez, la barra se enoja cuando se siente traicionada.

Sería bueno que dejaran de usarla solo cuando les sirve a sus fines de acumulación política. Si ahora les arruina la fiesta, no se quejen.

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