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Boris Johnson en la ONU

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En esta semana plena de discursos de la Asamblea Anual de las Naciones Unidas en Nueva York, hay para elegir entre ellos. Boris Johnson, Primer Ministro de Gran Bretaña, con su portentosa voz, hizo un provocador mensaje.

Fue un elocuente exhorto a la responsabilidad en aras del futuro de nuestro mundo, habitado por los humanos hace unos 200.000 años. Se explayó sobre la infantil percepción de que este se hizo para nuestra gratificación, combinándose ese narcisismo con una presunción de inmortalidad. Aquello de pensar que siempre habrá alguien para arreglar el desastre que dejemos. Por lo tanto, se ha dañado a la Tierra de continuo bajo el errado concepto de que hasta ahora se actuó de esta manera y así se habrá de continuar “in saecula saeculorum”.

A la vez de como anfitrión, convocar al próximo encuentro en noviembre en Glasgow, (Conferencia N° 26 de los países parte sobre cambio climático) Johnson advirtió que esta etapa de la adolescencia de la humanidad en la que estamos ha llegado a su fin. Es hora de madurar. Se acerca el momento crítico y hay que responsabilizarse de los años de estragos, no solo a la tierra sino a nosotros mismos y a nuestra descendencia. Urge frenar el alza de las temperaturas para no superar los 1,5 grados. Algo que significa que por primera vez en siglos, no se continúa insuflando carbón hacia la atmósfera, espesando el invisible velo que envuelve y calienta al globo terráqueo.

Su discurso se hizo más esperanzador al referirse a las naciones que son el 70% del PBI mundial y se han comprometido con este objetivo, aclarando no ser un ambientalista de esos que fustigan a la humanidad por sus excesos desde un podio de moral superior. Así como tampoco visualiza al movimiento verde como un ataque al por mayor al capitalismo. El Primer Ministro está convencido de que es cuestión de enfocarse en 4 áreas. El carbón, los autos, el efectivo y los árboles.

Respecto del primero, reconoce que GB fue pionera en el lanzamiento de humos ácidos al aire en dañinas cantidades, aun cuando por otro lado haya contribuido al comienzo de una nueva era tecnológica que permitió una masiva reducción de la pobreza y la emancipación de cientos de millones de personas alrededor del mundo.

Boris Johnson, Primer Ministro de Gran Bretaña, con su portentosa voz, hizo un provocador mensaje. Fue un elocuente exhorto a la responsabilidad, en aras del futuro de nuestro mundo habitado por los seres humanos, hace unos 200.000 años.

Si bien hace décadas que cerca del 80% de la electricidad en GB provenía de ese elemento, hoy día representa menos del 2% y afirmó Johnson que desaparecerá completamente en 2024. Grandes parques eólicos en el Mar del Norte son en la actualidad una gran fuente de energía. Al tiempo de reconocer que es una pretensión ambiciosa que para el 2040 el mundo en desarrollo y para el 2030 los desarrollados dejen de utilizar carbón, asegura que la experiencia del Reino Unido demuestra que es posible. En la oportunidad agradeció al Presidente Xi por la decisión de acabar con el financiamiento internacional del mismo, manifestando la esperanza de un mayor avance de China hacia la eliminación doméstica del mineral. “El Reino Unido es prueba de que es posible”.

Elogió al Presidente de Pakistán, Imran Kahn por su empeño en plantar 10 billones de árboles en su país y también hizo referencia al primer bono verde soberano que acaba de lanzar al mercado Gran Bretaña. (Punto de coincidencia con el anuncio hace poco en nuestro país, de nuestra Ministra de Economía).

El inglés hizo hincapié tanto en el impulso de la producción de los vehículos eléctricos que en GB aumentan extraordinariamente, así como en el progreso tecnológico a fin de que en el 2040 , en el mercado solo haya transporte con cero emisión. Afirma que se puede cortar la polución y que haya trabajo y crecimiento económico. En su patria se redujo la contaminación un 44% en los últimos 30 años, mientras el PBI se expandió un 78%.

Mencionó la gran apuesta al hidrógeno, a lo nuclear y al primer gran avión de pasajeros no contaminante, ya en construcción. Convocó al mundo desarrollado y a los organismos internacionales y al sector privado a ser parte del cambio y de la ayuda, mostrándose complacido con el importante pacto de EE.UU., el cual permitirá acercarse a la meta de los US$ 100 billones. “Hace 2 años el Reino Unido se comprometió a colaborar con 11.6 billones de libras y hemos venido cumpliendo, a pesar del Covid”.

A final de su exposición recordó una frase curiosamente actual de Sófocles; “hay muchas cosas terroríficas en el mundo, pero nada más aterrador que el hombre”, mientras por su parte agregaba que “es muy cierto que los humanos somos los únicos capaces de lograr nuestra propia destrucción y la de alrededor”.

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