@| En una reciente publicación en la página oficial de Presidencia el contador Danilo Astori realizó declaraciones de corte netamente político partidario en contra del candidato presidencial del Partido Nacional, en un hecho claramente violatorio de la neutralidad que debe mantener el gobierno con relación al acontecer electoral.  

Casi en simultáneo un cantante popular es acusado y bajado de ocupar un lugar en listas frenteamplistas, pese a no por tener una condena con el debido proceso penal legal, sino por la simple presión (el griterío) de una parte del “movimiento feminista”. 

Dejando de lado la gravedad intrínseca de lo acontecido, muy grave en el primer caso, apenas testimonial en el segundo, creemos que es importante analizar brevemente estos hechos.

A partir de las famosas PASO en Argentina se ha instalado la moda de comparar e intensificar “la grieta social” en nuestro país identificando a los distintos sectores políticos uruguayos como si fueran apéndices “Macri” o “K” y vaticinando catástrofes varias en caso de triunfar uno u otro sector en las elecciones nacionales.

Y esto motiva unas preguntas que entendemos fundamentales: ¿Se está instalando en nuestro país, al igual que en la vecina orilla la falta de respeto por la legalidad y la ética, primando el simple poder político? ¿Se puede violar impunemente cualquier normativa con tal de “traer agua para molinos particulares”? ¿Ha dejado de tener importancia la “Justicia” siendo remplazada por el linchamiento colectivo de aquellos que logren gritar más fuerte?

De no actuar de inmediato el Sr. Presidente, la clase política toda y cuando corresponda el poder judicial, terminando tajantemente con estos excesos, entendemos que nuestro país está emprendiendo un camino que puede resultar nefasto para la democracia, un camino muy peligroso.