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@|1° de Mayo: ¿hay Igualdad de derechos entre el trabajador público y privado?
Vivimos en dos mundos laborales que conviven bajo una misma Constitución pero con derechos profundamente distintos, el del empleo público y el del privado. La diferencia no es menor, ni simbólica. Es real, cotidiana y visible. Un ejemplo claro y generalmente ignorado en el debate público son las licencias y los feriados laborables y no laborables.
Mientras que en el sector público las licencias son más extensas, flexibles y numerosas, en el sector privado se vive con la cuenta regresiva del reloj, menos días, más restricciones, mayor presión para no tomarlos. Lo mismo sucede con los feriados laborables y no laborables.
En el Estado se toman todos los feriados tanto sean laborables que son 13 (nota 1) y no laborables que son 5 (nota 2); total 18, además de los sábados (52).
En el sector privado, solamente los no laborables que son 5 y muchos se trabajan o se compensan, si es que se compensan, además de trabajar los sábados (52).
Este gran desequilibrio (70 vs 5) genera una forma de desigualdad estructural que rara vez se discute con seriedad. No solo porque afecta a miles de trabajadores que no acceden a los mismos beneficios por hacer tareas similares o incluso más exigentes, sino porque se convierte en un privilegio silencioso, sostenido por la inercia del sistema.
Y es en este punto donde el silencio se vuelve político. Porque ni los dirigentes sindicales lo denuncian, ni los políticos lo corrigen. ¿Por qué? Porque tocar el régimen de licencias del sector público (300.000 personas + familia) tiene un alto costo simbólico y puede movilizar resistencias internas. Nadie quiere enemistarse con un sindicato estatal fuerte. Y los sindicatos, a su vez, no suelen representar con la misma fuerza los intereses del trabajador del supermercado o del empleado de una pequeña empresa, cuya voz rara vez llega al Parlamento.
Esta omisión no es ingenua. Es estratégica. El statu quo protege al poder: a los gremios más fuertes, a las estructuras del Estado y a los partidos que se benefician del respaldo de esos sectores. Mientras tanto, la enorme mayoría de trabajadores privados, sin fueros, sin estabilidad, sin licencias extendidas queda en desventaja sin que nadie los defienda en serio.
El problema no es que el Estado otorgue derechos. El problema es que no los universaliza. En lugar de usar al empleo público como modelo a seguir, se lo ha transformado en una burbuja de privilegios que refuerza la brecha entre ciudadanos, generando ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.
Y hablar de esto no es atacar al funcionario público. Es reclamar coherencia, equidad y justicia laboral. Los partidos políticos y los sindicatos lo que hacen es simplemente mirar para el costado.
Con esta opinión no se trata de “quitar” derechos, sino de distribuirlos con más justicia. El objetivo debe ser construir un sistema laboral más equitativo, donde el trabajo digno no dependa de si se trabaja para el Estado o para una empresa privada.
Paradójicamente COFE desde abril del 24 reclama ante la OIT sobre la nueva regulación de licencias médicas que justamente intenta “ igualar derechos” a las empresas privadas. El sindicato protegiendo el corporativismo y oponiéndose a la igualdad de derechos entre trabajadores públicos y privados. ¡Increíble!
Pregunto: ¿será capaz nuestro sistema político y sindical de dejar de lado los intereses corporativos y de poder para cambiar esta desigualdad laboral?
Nota 1- Feriados laborables 13 días a saber:
6/1- 2 de Carnaval - 5 de Semana de Turismo - 19/4 - 18/5 - 19/6 - 12/10 - 2/11.
Nota 2 - Feriados no laborables 5 días a saber: 1/1 - 1/5 - 18/7 - 25/8 - 25/12.