Tenencia compartida

Roberto Alfonso Azcona | Montevideo
@|Schipani defiende la ley, no el relato.

La tragedia no justifica el retroceso institucional.

En tiempos de conmoción, el liberalismo no se esconde, da la cara, exige rigor y defiende principios; por eso, cuando el diputado Felipe Schipani afirma que quienes proponen derogar la Ley de Corresponsabilidad en la Crianza son “ignorantes o mentirosos”, no está insultando: está defendiendo la verdad frente al oportunismo.

La ley como garantía, no como culpable.

La Ley N° 20.141 no impone tenencia compartida automática, establece criterios racionales, con intervención judicial, evaluaciones profesionales y prioridad absoluta del interés del niño, es una norma liberal, protege derechos, limita arbitrariedades y exige responsabilidad parental.

Derogarla por un caso extremo es legislar desde la emoción, no desde la razón.

El verdadero problema: salud mental y Estado ausente; cuando sí debería estar y no poniendo impuestos y regulaciones sin ningún criterio que no sea el estatismo.

El liberalismo no niega el dolor, pero lo enfrenta con soluciones reales.

Lo ocurrido en Río Negro no fue producto de la ley, sino de una falla institucional en el abordaje de la salud mental; el asesino tenía antecedentes, medidas cautelares, señales de alarma. ¿Dónde estaba el Estado? ¿Dónde está el plan nacional de salud mental?

Schipani lo dice claro: “Ese es el núcleo del problema” y no en estar reservando pasajes para viajar en misiones oficiales que parecen vacaciones pagas.

Liberalismo es responsabilidad, no relato

Frente a quienes usan la tragedia para atacar una ley que no les gusta, el liberalismo responde con firmeza, no se legisla por impulso, no se derogan garantías por cálculo político.

Schipani representa esa postura, seria, documentada, valiente, que no busca aplausos y sí busca justicia.

Cuando otros especulan, él defiende principios que compartimos desde nuestra posición liberal.

Felipe Schipani no se deja arrastrar por la demagogia, defiende una ley que protege a los niños, respeta a los padres y fortalece al Estado de Derecho; y lo hace con coraje, porque sabe que en política, decir la verdad vale y el callar es cobardía.