Robert Santurio | Rocha
@|Me dirijo a ustedes con el propósito de visibilizar una tarea muchas veces silenciosa, pero de enorme valor humano y operativo: el trabajo que realiza el personal del Centro de Monitoreo del DMOE, dependiente del Ministerio del Interior, en el departamento de Maldonado.
No lo vimos en noticieros. No fue viral. Pero alguien, en ese centro, advirtió lo que otros podrían haber ignorado. Días atrás, gracias a la pericia, la intuición y la rápida intervención de efectivos que cumplen funciones en ese centro, se logró prevenir una tragedia de dimensiones inconmensurables. A partir del seguimiento de una situación sospechosa, se evitó lo que podría haber sido un caso de abuso y femicidio infantil. No menciono nombres, porque lo importante aquí no es la exposición individual, sino el reconocimiento colectivo a una tarea esencial, muchas veces ignorada por la opinión pública.
En ese centro trabajan policías que monitorean, analizan, reaccionan y se comprometen con cada alerta como si se tratara de su propia familia. No portan armas ni están en las calles, pero cuidan la vida de los demás desde un monitor, un plano y una decisión. Y eso merece ser reconocido, no solo por la institución, sino también por la sociedad toda.
¿Hasta cuándo vamos a reconocer sólo lo que sale mal? ¿Dónde está el lugar en nuestra agenda pública para los aciertos? Para quienes —como en este caso— evitaron que una familia quedara destruida, que una vida quedara rota para siempre.
Como ciudadano, como comunicador y como padre, siento la necesidad de hacer pública mi admiración por quienes, desde la tecnología y la vocación, logran proteger a los más vulnerables. No es exagerado decir que esa noche se salvó una vida. Y es por eso que propongo, humildemente, que se les brinde un reconocimiento institucional a los efectivos que actuaron, y a todo el equipo que sostiene ese servicio los 365 días del año.
El Uruguay que queremos no se construye solo con patrulleros y leyes. Se construye con personas que, aún en la sombra, toman decisiones que salvan vidas. Esa niña hoy está viva. Y eso no puede ni debe pasar desapercibido.
Porque cuidar sin ser visto también es una forma de heroísmo.