@|Hace dos años casi, comenzaba este periplo para la humanidad; enfrentarnos a una pandemia de proporciones desmedidas que en muchos países diezmó a la población (vulnerable y mayor).
Ante una situación no prevista, hospitales y sistema mutual debieron enfrentarse a esta nueva problemática como se pudo. En algunos casos hubieron directrices claras, en otros, reinó el caos. A esto se le sumó que siendo una pandemia mundial, el personal de la Salud fue uno de los principales afectados y que faltaron insumos de todo tipo para combatirla.
Hoy ya nos encontramos a casi dos años de este comienzo, tuvimos momentos de sistemas colapsados y otros donde se alivianaron. Aún así muchas mutualistas y hospitales no tomaron los recaudos correspondientes. Sabiendo que esta enfermedad se ha movido socialmente de forma oscilante teniendo picos de estrés para el sistema y otros más bajos, debieron aprovecharse estas instancias para fortalecer estos sistemas y no descuidar la atención a pacientes.
En un principio se optó por atención telefónica (y en muy pocos casos por la telesalud) para brindar al menos un acercamiento del médico con el paciente. Y si bien esta modalidad de atención fue una primera salida ante un sistema colapsado, lo cierto es que muchas patologías necesitaban de la atención presencial (y esto está teniendo un alto impacto en la población en general). Prácticamente no se redistribuyeron policlínicas que permitieran al usuario acercarse a un médico, inclusive hay especialidades que deberían atender de forma presencial, que al día de hoy mantienen un sistema mixto de entrega de números (escasos presenciales y el resto telefónico).
Las mutualistas que implementaron sistema de entrega de medicamentos a domicilio tuvieron dos años para fortalecer y mejorar dichos sistemas.
Muchas no los aprovecharon y hoy por hoy continuamos con demoras en las entregas y falta de coordinación. Peor aún en el caso de hospitales donde cada uno se maneja de forma distinta y la entrega no es para todo tipo de medicación.
Otra de las carencias está vinculada con los propios testeos, a sabiendas de que la demanda oscila y aumenta o decae conforme la variante de turno, son muy pocas las mutualistas que han dedicado recursos a atender el aumento de demanda en este servicio. En mi caso particular, durante 4 días me fue imposible comunicarme con la mutualista debiendo coordinarlo a través de una emergencia móvil que nos agendó con un laboratorio. En sí, la mutualista se terminó enterando del testeo porque el laboratorio le envió el resultado, no antes.
Es una pena que con el diario del lunes y sabiendo que esta situación, en principio, continuará así, no se haya fortalecido un sistema que lo necesitaba, de cara a brindar no sólo un buen servicio sino la atención adecuada a cada paciente que lo requiera.