Otro Uruguay es posible

@|La delincuencia - cuyos sinónimos conceptuales son disgregación, descomposición o decadencia - define la actualidad política nacional. En su más amplia significación, extensión y sistematización. 

Analicemos: Significación en tanto y en cuanto es un retroceso; sufrimos una pérdida relativa en relación a nuestro estado de equilibrio previo.
Extenso por abarcar demasiadas áreas del quehacer nacional; educación, salud, seguridad, transparencia, economía, infraestructura, producción, estado de derecho, etc. 

Sistematización porque el quid del retroceso en todas estas áreas tiene un común denominador; se manifiesta porque el encare, la visión y la puesta en práctica están disgregadas, desconectadas, desintegradas y, ni por asomo, coordinadas. El sistema educativo, de seguridad, de salud, transparencia, información, infraestructura, etc., son, lisa y llanamente, auténticos Sistemas Sistemáticamente Asistémicos (SSA). Algunas pistas al canto:

a) En educación sobran ejemplos. El esfuerzo de Eduy21, loable, no alcanza. Es insuficiente, deja por fuera la educación terciaria universitaria. La responsabilidad no es de Eduy21, pero no se sabe de quién es. ¿De cada institución?, ¿del MEC?, ¿de algún ficticio poder político interministerial?, ¿otros? La quintaesencia de los SSA. 

b) En seguridad hay ejemplos que se exponen cotidiana e impúdicamente por los propios sectores de irresponsables en acción y omisión: Policía, Ministerio del Interior, Fiscalía, Jueces, Cárceles, etc. La desvergüenza de los SSA. 

c) En salud, ¿por dónde empezar? ¿El desquicio de ASSE, donde cada institución puede constituir un coto de caza? ¿Por adjudicaciones de compras de equipos, servicios o sistemas informáticos, digitados impúdicamente? ¿Por la pomposa declaración de 2015 de “es prioridad del MSP bajar las cesáreas al 34% de los nacimientos en el país”, y hoy superamos el 54%?, ¿o el programa de detección de cáncer de mama mal estructurado y peor aplicado que no logra bajar la tasa de mortalidad? La insalubridad de los SSA.  

d) En transparencia, ¿Jutep sin recursos?, ¿Auditoría General de la Nación ídem?, ¿Groseras carencias en datos, indicadores y registros estadísticos en la mayoría de las actividades gubernamentales? Reconozcamos, hay coherencia: Lo que se desconoce se ignora, no se analiza y menos se mejora. La opacidad resulta campo fértil para los SSA. 

La solución a los SSA es simple: se debe sistematizar. Requiere integrar, coordinar y trabajar en equipo. Sólo hace falta voluntad, una cuota razonable de inteligencia y manos a la obra. Gente dedicada, comprometida, monitoreada, controlada, auditada, en régimen de trabajo full-time. Evaluar resultados y reconocer y retribuir bien. Otro Uruguay es posible.  

La duda es si los políticos, de y en todos los partidos, están dispuestos para el desafío. No vale que digan que sí, que por supuesto, que cómo se puede dudar. Hasta ahora no lo han hecho. ¿Cómo creerles, si ni por asomo se les ocurre una mínima autocrítica de entrecasa? Sin embargo hay ocasiones en que logran consensos y unanimidades si de sus intereses se trata.
En unos meses más, al finalizar la legislatura, se reunirán para votar los emolumentos del próximo quinquenio. ¿Nos representan? ¿Repetirán la rutina carnavalesca y seguirán votándose partidas de prensa truchas, secretarías sin aportes al BPS, licencias pagas “¡por razones personales!” que son un atentado a la razón y a la economía o, el colmo, cuando a sabiendas que los cargos son por 5 años - ni un día más - se auto asignan? - ¿un subsidio, un premio, un regalo? - durante varios meses luego de cesar la tarea? 

En esta ocasión, ¿votarán a consciencia?

Y de paso, no olvidar que lo votado sobre representación femenina debe corresponderse en la efectiva integración bicameral. Sin gambitos. Confiemos que “nuestros” políticos se percatarán que el voto que les otorgamos conlleva mandatos y delegaciones que deben honrar.