La izquierda asesina

Dr. César Eduardo Fontana | Montevideo
@|En la edición de este diario del domingo 14 de septiembre, hay un excelente artículo en la página 7 escrito por Martín Aguirre y con estas líneas solo pretendo complementarlo con algunos datos.

Sí, la izquierda asesina, es algo de lo que no hay duda, obviamente referido a la izquierda extrema, no a las corrientes socialdemócratas muchas veces catalogadas como centro-izquierda, esa es otra historia. Pero que la izquierda radical asesina no se puede ocultar.

Hagamos algunos pequeños repasos históricos: el vil asesinato del político monárquico Calvo Sotelo en julio de 1936, efectuado por socialistas y que fue la gota que colmó el vaso para el enfrentamiento que vendría después. Saltemos algunas décadas y vayamos al atentado en la Plaza San Pedro contra el Papa Juan Pablo II, cuya actuación en Polonia era vista con muy malos ojos desde la URSS, entreverado luego queriendo hacer creer al mundo que el frustrado autor fue un lobo solitario de nacionalidad turca que habría formado parte de un grupo de derecha (¡!). Prosigamos: años después, el intento de asesinato contra Alejo Vidal Quadras, uno de los fundadores de Vox en España, que escapó de la muerte de milagro. Nos encontramos también por el camino con el feroz atentado con arma blanca contra el expresidente Bolsonaro de Brasil, hoy condenado a 27 años de cárcel – una virtual pena de muerte- por su accionar, no suficientemente aclarado para tal magna pena; por supuesto no puede quedar por el camino el atentado contra el presidente Trump para evitar su nuevo triunfo, del cual se ha hablado poco ya que, oh casualidad, el francotirador fue limpiamente ejecutado poco después en una demostración de eficacia policial pocas veces vista. Y siguiendo con el racconto no es posible dejar de lado el asesinato cometido pocos meses atrás contra un futuro candidato opositor en Colombia y ahora, otra casualidad, la muerte por un disparo de un notorio activista político en Estados Unidos, obviamente pro Trump, faltaba más.

Todo lo dicho sin mencionar el atentado más grande ocurrido en Europa, concretamente el 11 de marzo de 2004, del cual se acusó a delincuentes de cuarta, casi todos moros, ocurrido muy curiosamente pocos días antes de unas elecciones generales en las que el Partido Popular parecía imponerse con facilidad al socialista PSOE. ¡Otra casualidad!

Sin embargo, la prensa y los activistas de izquierda por estas latitudes alertan contra la terrible “ultraderecha” que en honor a la realidad histórica ha respondido pocas veces con violencia, cuando ya no tenía más remedio entre 1936 y 1939 en España, en donde siguen lloriqueando por García Lorca olvidando las matanzas en las Chekas de Madrid y Barcelona y la masacre planificada de Paracuellos del Jarama, o la muerte del chileno “compañero” Allende que antes de ser atacado en la Moneda había sido destituido por la Justicia y el Parlamento.

¡Qué hipocresía!