Daniel Gianelli | Montevideo
@|Al asumir funciones en los primeros meses de 2020 como responsable del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (SECAN) el hoy diputado del Partido Independiente Gerardo Sotelo anunció su voluntad de crear un servicio público (Canal 5, emisoras de radio, etc.) de calidad, prescindiendo de orientaciones políticas favorables al gobierno de coalición presidido por Lacalle Pou.
Al exponer sus planes para Canal 5 y a modo de ejemplo, propuso crear una cartilla de orientaciones, de principios éticos y criterios profesionales, como las aplicadas en el Reino Unido por la BBC y por la televisión canadiense.
A fin de establecer esos criterios, Sotelo ofreció a dos reconocidos y respetados periodistas la tarea de adaptar a lo local esas normas e instructivos de trabajo.
Apenas esbozados estos propósitos, una tromba generada desde la tropa de periodistas y militantes frentistas atribuyó al flamante director del SECAN las peores intenciones, al deseo de convertir el servicio de medios públicos en un aparato de propaganda oficialista.
Tal fue la embestida contraria que los dos periodistas a quienes Sotelo quería confiar dicha tarea declinaron de plano el ofrecimiento.
Solo unos meses después, ante una realidad absolutamente ajena a lo denunciado, los cuestionamientos cesaron.
Nadie honestamente puede alegar hoy que durante el quinquenio 2020-2025, Canal 5 y las emisoras del SECAN no cumplieran con profesionalidad y apertura a todas las opiniones la misión de informar a la opinan pública sobre los sucesos nacionales e internacionales y sobre las principales controversias políticas. Incluso durante las varias controversias políticas y electorales transcurridas en el quinquenio.
Ha sido una realidad tangible que debería reconocerse.
Pero, curiosamente, periodistas y militantes que hace 5 años se movilizaron para poner a Sotelo en la opinión pública ante una suerte de pelotón de fusilamiento, no han abierto la boca en estos días, para referirse a decisiones de las nuevas autoridades de Canal 5 de prescindir de periodistas desconociendo plazos y contratos vigentes para ˝cambiar la cara˝ de los informativos de la emisora oficial. Una situación cuya gravedad llevó a una asamblea de la Asociación de Productores y Periodistas de Televisión Nacional (APPTN) a declararse ˝en conflicto˝.
Lo que, según se dice, ha tomado por sorpresa al flamante Ministro de Educación y Cultura.
Mientras tanto, la barra militante, que incluye notorios periodistas, se mantiene en silencio. Algo a tener en cuenta cuando se trata de promover actitudes y principios.