Mario Coppetti | Montevideo
@|En estos meses los montevideanos venimos siendo testigos de la desaparición de casas antiguas que sucumben a la piqueta fatal del “progreso”, para dar lugar a construcciones de dudoso valor arquitectónico.
Sin tener una debida protección testimonial por parte de la comuna capitalina, que no cuenta con una división dedicada a preservar reliquias del pasado montevideano, lamentablemente intereses inmobiliarios hacen desaparecer barrios enteros y con ello su pasado.
Según parece, se va a solicitar al Parlamento una suerte de ley que abarque esta realidad, para así evitar la desaparición de otros inmuebles que bien vale la pena preservar. Ejemplos en otros países sobran y bien se pueden imitar por estos lares.
Lamentablemente, la Comisión del Patrimonio tampoco tiene mucha injerencia en el tema, salvo que se trate de una casa habitada por alguna personalidad importante o bien haya sido testigo de un hecho histórico.
Esperemos que surja una ley que frene estos abusos y que tanto el MEC como la IMM sumen esfuerzos en común para preservar barrios de la avidez de profesionales y constructoras que no durarían de tirar abajo hasta el mismo Palacio Legislativo si ello les implica un jugoso negocio.
¡Salvemos nuestro pasado!