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¡Tortorelli al poder!

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Con frecuencia se oye decir acerca de dichos o hechos de alguna figura del actual gobierno, que ellos son "dignos de Tortorelli". ¿Cómo no evocar entonces al auténtico don Domingo Tortorelli? Aquel señor que en 1938, luego de casarse con Anatolia Manrupe, lanzó su pintoresca candidatura a la Presidencia de la República, proclamando un plan de gobierno que incluía cosas como la construcción de carreteras en bajada y la instalación de canillas de leche en cada esquina.

A la distancia, resulta difícil saber cuáles eran sus planes reales y cuáles eran los que otros, con ánimo de divertirse, le atribuían. El no emitía desmentidas. Entretanto se iba convirtiendo en entretenimiento habitual de los montevideanos, el pasar ante la residencia del matrimonio Tortorelli-Manrupe, sobre Avenida 18 de Julio, para escuchar los discursos del candidato, pronunciados en mangas de camisa, desde el balcón del primer piso.

El frente de aquella casa se cubrió de pancartas con la imagen del candidato del "Partido Laborista del Uruguay, lista 200".

"¡Arriba Tortorelli!" y "Tortorelli al poder" eran lemas que también aparecían en el frente de la casa de quien asimismo era fundador del "partido de los descamisados", voceando de sí mismo esto: "No pide ni da plata ni debe nada a nadie".

Años de diversión suministró don Domingo Tortorelli a sus compatriotas, quienes aunque no le daban sus votos, siempre estaban dispuestos a conectar con él los acontecimientos del momento. Así por ejemplo, cuando se fundó AMDET, ente municipal encargado del transporte colectivo de pasajeros, se notó con ludibrio que aquella sigla coincidía con las iniciales de Anatolia Manrupe de Tortorelli.

Al principio era exclusivamente El Pais el que publicitaba el tema Tortorelli. Luego otros medios le dedicaron también espacio. Por ejemplo, la revista Peloduro, que se definía como "revista humorística quincenal, uruguaya, soltera, con domicilio en la calle Cerrito 685,Montevideo", le concedía tapas enteras en colores, dibujadas por Julio Suárez (Peloduro).

En ese entonces Luis Batlle Berres era presidente de la República y a él Tortorelli lo acusaba de pasar frente a su casa con el auto oficial número uno y anotar "todas las cosas que yo proclamo en los carteles". Y agregaba: "Me sacarán las ideas que pongo en la puerta de calle, pero adentro tengo más… ¡Soy una fuente inagotable! ¡Se van a armar conmigo!" En aquella nota que cuesta creer que no incluyera algo de la cosecha propia de quien la redactó, agregaba: "Estoy embalado en una campaña por 100.000 firmas. Con ese aporte de indiscutible fuerza electoral, realizaré grandes manifestaciones, desfiles por la rambla, actos en el Estadio, carreras en el Velódromo, en Pando, en Las Piedras y en Maroñas".

También ponía en su programa el lanzamiento de diez vapores para hacer la travesía a Buenos Aires con pasajes baratos y diez barcos para ir a Fray Bentos, Paysandú y Salto. Las elecciones siguientes tuvieron lugar el 30 de noviembre de 1950. Participaron once partidos con catorce candidatos a Presidente. Triunfó el batllista don Andrés Martínez Trueba. De Tortorelli ni se habló y poco a poco fue cayendo en el olvido, convirtiéndose en una mera frase hecha: "Digno de Tortorelli". Cualquier similitud con dichos y hechos de nuestro tiempo es pura casualidad.

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