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Retórica

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FELIPE PAULLIER
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La retórica configura un sistema de procesos y herramientas para la construcción de un discurso con una finalidad persuasiva.

Desde que comenzó el actual gobierno, con una estrategia clara, la oposición ha intentado generar a nivel social un estado de tensión y disconformidad permanente. Existe una intencionalidad clara de instalar mediante la retórica un clima de cuanto peor, mejor.

Pero tal vez, lo más destacado y preocupante, ha sido el ensañamiento de algunas voces por querer instalar un discurso del hambre en nuestro país. En contra de la información que existe a nivel gubernamental y que es de público acceso, que refleja que la demanda alimentaria en este 2022 ha tenido una disminución sostenida en relación a los años previos de la pandemia, son varias las voces de la oposición que siguen insistiendo con esta mentira.

Entre ellas, tal vez la más evidente fue la de los portavoces del movimiento “Coordinadora Popular y Solidaria de Ollas” (CPS por sus siglas), que repitieron durante meses este falso relato del hambre.

La CPS, fue durante la pandemia una de las organizaciones intermediarias para la distribución de los alimentos provistos por el gobierno. Con el objetivo de llegar de manera más eficaz a los territorios, desde el Ministerio de Desarrollo Social se desarrolló un sistema con participación del Estado y la Sociedad Civil, que permitió durante la pandemia y meses posteriores responder al aumento circunstancial de la demanda alimentaria.

Lamentablemente, lo que comenzó siendo un impulso solidario, terminó mostrando el peor rostro de la política. Como fue de público conocimiento, a partir del mes de septiembre, desde el Mides se intensificó el control de la distribución en ollas con el objetivo de plantear soluciones estructurales al problema. En ese contexto, la CPS fue el único intermediario que se negó a brindar la información en relación a sus entregas, alegando en aquel momento cuestiones “políticas”.

Esta situación derivó en la realización de una investigación administrativa desde el Ministerio que concluyó, entre otras cosas, que la CPS declaró más ollas y merenderos de los que realmente integraban la red; que hubo ollas y merenderos que no funcionaban en las direcciones declaradas; que se entregaron alimentos que no llegaron a destino y/o que en algún caso se vendieron; y que las porciones solicitadas por las ollas y/o merenderos directamente al Mides era menor que la declarada por la CPS en los datos aportados.

La utilización de la vulnerabilidad de las personas como un botín electoral refleja lo peor de la política. Aquellos dirigentes que respaldaron este accionar, al menos malintencionado, deben pedirle disculpas a la ciudadanía.

No reconocer que en nuestro país existen dificultades en materia alimentaria sería desconocer la realidad; sin embargo, es falso plantear que hoy estamos peor que antes. Los informes de organismos internacionales como la FAO, muestran que Uruguay ha sido el país con mejor desempeño en la región en el manejo de la seguridad alimentaria durante la pandemia y que en 2016 hubo mayor inseguridad alimentaria que en 2020.

Frente a la retórica y la mentira, los resultados en la calidad de vida de los uruguayos, finalmente, hablarán más claro que cualquier relato. Hay que seguir.

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