Por una solución nacional

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Denota sabiduría prestarle mucha atención a las experiencias exitosas de otros.

Nuestro país está muy lejos de padecer los problemas propios de la sobrepoblación y de estrechez territorial, pero sí lidia con otros dramas resultantes de políticas equivocadas y malas decisiones, que continúan esperando por soluciones adecuadas.

Es inaceptable la existencia de vertederos municipales “a cielo abierto” a lo largo y ancho del país. La realidad golea todos los días. Demandan su inmediata eliminación desde todo punto de vista.

Desde luego su abordaje implica inversiones millonarias, pero a pesar de ello debe hacerse. Hay que disponer de la voluntad política y encontrar los mecanismos de financiación necesarios, entusiasmándonos con la ventaja adicional que de materializarse serán soluciones permanentes al problema.

En este sentido, nos parece oportuno considerar una experiencia asombrosa en el sudeste asiático.

Singapur es un país insular (con una isla principal y 63 islas e islotes saté- lite) de solo 720 km2 de superficie -244 veces más pequeño que Uruguay, pero con una población de 5.700.000 habitantes.

¿Cómo encaró el serio problema de la basura? En 1999, echando mano a lo que tenía, puso en marcha un programa de gestión de residuos sólidos, original, innovador, que resultó, a la vez, eficiente y sustentable.

Echó mano de dos islas pequeñas Pulau Semakau y Pulau Sakeng, las unió y construyó allí el primer y único vertedero marino del país. Ocupa un área de 3,5 km2 y tiene una capacidad de recibir 63 millones de metros cúbicos de desechos.

Incineran los residuos hasta reducirlos a un 10% de su peso. Las cenizas son depositadas en celdas perfectamente aisladas que no permiten su salida hacia el exterior.

Consideran que estará operativo hasta 2045.

Este singular enfoque en la gestión de los residuos de Singapur no se limita solamente a hallar una solución real a la disposición final de la basura que es el problema principal. Tiene ventajas adicionales y complementarias que redondean un sistema de mejoramiento de la calidad ambiental del país. Gracias a su bien pensado diseño, lograron que el lugar albergue vida silvestre, gracias a una planificación minuciosa que le permite crear áreas propicias para la proliferación de la fauna y la flora local.

A la protección ambiental le añaden capacidades para el desenvolvimiento de actividades recreacionales, educativas y de conservación.

Este distante ejemplo asiático posee múltiples aspectos a destacar tanto en el terreno tecnológico como en el de la planificación urbana, por su optimización del uso de territorio y su promoción de la conciencia ambiental. Va de la mano de campañas hacia la población para que cada persona sea proactiva en materia de reciclaje, reutilización y reducción de residuos desde su origen.

La disposición final de los residuos sólidos de nuestro país sigue esperando una solución integral, cuyo mayor obstáculo inicial es el económico. Significa que su realización es perfectamente posible y abordable, si se la define como una política de prioridad nacional, por sus connotaciones sociales, en materia de salud pública y ambiental, y del ordenamiento territorial.

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