Historia, curros, Patria

Mi autoridad emana de vosotros y cesa ante vuestra presencia soberana” dijo Artigas en el Congreso en 1813, cuando se elegían diputados de la Provincia Oriental y les daban Instrucciones para una reunión institucional rioplatense a celebrarse en Buenos Aires.

Incluían los cimientos del régimen democrático republicano vigente por el que la ciudadanía delega su representación en los integrantes del Poder Legislativo.

La consulta directa a la población, que es excepcional, fue usada en el pasado por terroristas y agitadores sindicales en dos referéndums contra la Ley de caducidad que permitió salir establemente del gobierno de facto en 1985. Los frentistas perdieron tales plebiscitos rotundamente pero al ser gobierno desde el 2005, ignoraron los resultados, mantuvieron abiertas viejas heridas y tomaron decisiones indemnizatorias arbitrarias para amigos, invocando a los ”derechos humanos” y creando cargos políticos a granel.

Al perder las elecciones en 2019 quedaron resollando por la herida. Cuando al gobierno que preside Luis Lacalle Pou le tocó enfrentar de saque -marzo 2020- una atroz pandemia universal, se dedicaron a hacer aglomeraciones, pedir confinamiento policial de la población y promover a las vacunas rusas Sputnik que no tienen reconocimiento internacional. Y, a juntar firmas para el plebiscito contra la LUC como si viviésemos en una jauja.

Hacia el plebiscito del domingo 27 de marzo el ciudadano común, merced a redes, información radial, televisiva y encuestas probablemente ande más desconcertado que sordo en tiroteo. Le salvará en la definición el sentido común, y el crédito que se ha ganado públicamente el Presidente de la República, capitán de tormentas y sus compañeros de trabajo. Pesa además la esencia conceptual de la ley de Urgente Consideración más difundida. Se basa en dos conceptos: la libertad y la seguridad. La seguridad en el orden público ante el malón de la droga y el crimen; ante el empeño por mejorar a una educación pública que promueve la deserción y la realidad de niños que en el liceo no saben matemáticas, ni entienden lo que leen, a causa de sindicatos de educadores dedicados a la huelga y el acomodo; la seguridad en la libertad de trabajo y el manejo del dinero propio sin intervención de los bancos; la seguridad para el humilde de arrendar casa sin garantía, y otras circunstancias afines. Abatir el delito, salvar a la educación pública, trabajar sin la pesada sindical, ser dueños de nuestro dinero, acceder con facilidad a un alquiler fuera del régimen común (que se mantiene integro), son ejemplos que dan libertad al pueblo en el diario vivir.

Para creer en el Sí rosado del plebiscito de los sindicalistas con licencia gremial paga, sería necesario que por ejemplo Carolina Cosse explique adonde su fue la plata del ruinoso Antel Arena; que Mujica cuente como armaron el fraude de Gas Sayago; que quienes ataron un trapo rosado en la chimenea de Ancap se confiesen y que alguien se responsabilice por el cartelón del Sí colgado en la fachada de la Universidad de la República.

Todo el mes de Marzo declarado oficialmente “Mes de la Tradición” ha visto celebrar a diario mútiples acontecimientos -sin eco de prensa- en todo el país con multitudes en las plazas, caballería, tractores, banderas patrias, y el grito al cielo de ”¡Uruguay nomá!” Es lo que viene.