No será necesario subir impuesto ni bajar gasto”, “el déficit fiscal mejoró se mida como se mida”. Lapidaria Azucena Arbeleche. Orsi agradecido: podrá cumplir su reiterada promesa de que no subirá ni creará nuevos impuestos. ¿O no?
La ministra culmina una lucida gestión, sin alharacas, con perfil bajo, pero eso sí, cuando fue necesario, ha hecho recular a más de uno: los números hablan por ella. Si Arbeleche hubiera sido la candidata a vice los blancos hubieran ganado, y también la Coalición Republicana. ¿Quién lo niega? Pero ella no quiso, fue lo que pasó.
La ministra de Economía tiene una bien ganada credibilidad. Han tratado de mellarla, por ejemplo el Cr. Bergara, que habló del “adelantos” indebidos. Arbeleche lo cruzó, sin medias vueltas: dijo que mentía. Bergara debió admitir que se había equivocado.
En realidad el senador y candidato a la comuna no estuvo muy astorista que digamos. El estilo de aquel era más meloso, sinuoso, y errático. ¿Recuerdan?, no era por su culpa, discrepaba pero perdía ante la mayoría; “la barra”. Pero nunca se fue, y siempre estuvo al frente. Fue en años con mucho viento a favor; jamas el país tuvo tantas oportunidades, tantas chances para transformarse, para dar el salto pero no ocurrió. Nos fue cocinando de a poco -al estilo Astori- y nos cocinó. Era el que hacía de bueno, el amistoso, el que quería ayudarnos, mientras nos arrancaban las uñas. Su imagen, “del buen revolucionario al buen batllista”, permanece intacta, empero.
Tanto es así que el nuevo gobierno buscó a alguien del estilo: Gabriel Oddone es el nuevo “Astori”. Así les fue presentado a los argentinos y así lo compran, los que están dispuestos a hacerlo, en la oposición. Y el futuro ministro comenzó a asumir su rol de inmediato: relativizar todo, renegar de posturas propias anteriores, procurando “maquillar” propuestas como la del IVA “con premios y sorpresas” y tratando de que se olviden los juramentos de Orsi; en ese afán ha llegado hasta poner en duda el “estado de las cosas” que deja el gobierno. Como que va prendiendo el fuego con la olla lista: cuestión de esperar para meter a los uruguayos adentro. Con estilo astorista pero con una fuerte influencia kirchneristas: los primeros a zambullir serán los jubilados (esos no están sindicados y sin chances de protestar después de las municipales) y tras ellos los que han juntado algo, que han construido, han ahorrado y han sido previsores, y después “los de a pie”: habrá “planes” y seguros de paro a discreción; con discriminación, por supuesto, al mejor estilo kirchnerista. Del tipo totalitario.
Respecto a Danilo Astori se dirá que no está bien criticar a quien no está para defenderse. Pero ello no me comprende, lo hice mientras ocupaba los más altos cargos. En el 2016, por ejemplo, escribí en Búsqueda (“Dándole vueltas”): “Astori ha sido uno de los popes del Frente desde su nacimiento y figura estelar en sus gobiernos. Sus ‘excepcionales discrepancias’ nunca tuvieron éxito pero él ha sido disciplinado. Nunca se rebeló. Y de renunciar, ni pensarlo. Astori es un cuadro del FA. Hay quienes dicen que es el ‘hombre carnada’ ”. Escribí incluso que le cabría el epitafio del Cardenal Richelieu: “Yace aquí el gran Cardenal / que hizo en vida mal y bien / el bien que hizo lo hizo mal / el mal que hizo lo hizo bien”.
¿El de “hombre carnada” será el papel que le toca a Oddone?