Don Sensato preso

Las utopías tienen un algo romántico y pueden ser alimento para tontos o peor: la excusa para en su nombre establecer tiranías terribles, de lo que la historia nos da cuenta infinita.

Organizaciones internacionales respetables de manera constante destacan que Uruguay es el mejor país para vivir en América Latina, en base a varios factores entre los que destacan el crecimiento económico y la calidad de vida. También se le ubica entre los 10 países con mayor libertad del mundo. Son consideraciones que no dan para dormir sobre laureles. Pero nos ilustran sobre cómo estamos en el mundo.

No habría que reparar en estas verdades si no fuese porque dentro del país, y especialmente dentro del actual gobierno, están presentes y activos movimientos y agitadores que se abrazan sin máscara a los peores totalitarismos y fracasos universales, caso continental de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Y, paralelamente, con absoluta amoralidad predican aumentos de jubilaciones, reducciones de horas de trabajo y delirios demagógicos destinados a captar electorado con ilusiones utópicas. Diciéndonos nuestra República es una basura universal.

Uruguay está hasta este momento en una zona geográfica alejada de los desastres bélicos que conmueven al planeta. Nunca como hoy la amenaza de una hecatombe atómica ha estado tan cercana. Si ocurriese nadie inevitablemente saldría de ella indemne. La humanidad desde sus orígenes siempre ha tenido entidades políticas, económicas y militares predominantes a las que se ha denominado como “imperios”. Actualmente se da esa calificación a estados nacionales poderosos caso de Estados Unidos, China y Rusia. Desde un nacionalismo patrio la posición que nos cabe en base a nuestros intereses económicos es la de la neutralidad, no obstante lo cual atendiendo a nuestra historia y filosofía democráticas, inevitablemente de tener que optar, Estados Unidos y Europa occidental son la referencia que nos identifica. Desde la óptica de distinguir entre democracia y totalitarismo. No desearíamos jamás vivir encarcelados bajo el control de oligarquías enriquecidas y todopoderosas.

Lo de Irán no debería admitir dudas. Es un país sentado sobre riquezas especialmente petroleras enormes, está gobernado por sacerdotes islamitas chiitas fanáticos que dominan el poder; y predican las destrucción de los infieles y la eliminación del estado y pueblo de Israel del mapa. Lo que impulsan usando a crueles organizaciones terroristas (Hezbolá, Hamás, etc.), al tiempo que con propósitos agresivos desarrollan tecnologías conducentes a construir la bomba atómica.

Sugestivamente, tras el reciente ataque de Estados Unidos a sitios estratégicos para evitar prospere lo último, más allá de la crítica hay un generalizado y extendido consenso internacional respecto a que lo ocurrido aleja el peligro de una conflagración atómica generalizada terrible, impulsada desde el gobierno iraní.

Comentario parecido merece la “guerra de Ucrania”, aunque en este caso la invasión de Rusia es una violación indiscutible de la legislación internacional, al actuar manu militari avasallando la soberanía física de un estado nacional como Ucrania, así reconocido internacionalmente.

Visiblemente en la entente de gobierno actual hay voces proiraníes y prorrusas. A Don Sensato lo quieren preso.

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