Comilona desaprovechada

Nadie supo cuál era el programa electoral del Frente Amplio para gobernar al país, más allá de la promesa navideña de regalos para todas, todos y todes, y un simpático “¡felices los niños!”. Inevitablemente, muchos “educadores” de la enseñanza pública, agitadores sindicales, opinólogos científicos y periodistas, seudo imparciales han ayudado a impedir lo expresado sea visualizado, induciendo a la ignorancia por la opinión pública de la realidad. Además, el actual presidente no tocaba el tema, ni debatía sobre lo que la mayoría de la gente habrá advertido por qué era así (“como no te digo una cosa tampoco te digo la otra”).

Del agujero negro citado salen todos los días nuevos astros. De repente una ciudadana desconocida designada para administrar la Biblioteca Nacional sin decir “agua va” la cerró. Literalmente ¿Por qué y para qué? ¿Chi lo sa? Recuerda a la turba de un movimiento populista de la región que gritaba: “¡Abajo los libros y arriba las alpargatas! Es que lo inaudito se va haciendo “modus operandi”. Así, en estos días alguien desde un escritorio de la nueva burocracia decidió sacar de nuestros pasaportes al lugar de nacimiento de sus titulares. Consecuencia: Alemania y Japón no los aceptan más y Francia no lo entiende. En este mundo de Tercera Guerra Mundial no declarada, debe reconocerse -como consuelo-que si al anónimo burócrata compañero se le hubiese ocurrido sacar a la foto hubiese sido peor.

En este escenario -¿confuso?- ha aparecido una “prima donna” de esperanza: el “diálogo nacional”. Los irresponsables políticos y sindicales -un solo hombre- que cuando la pandemia pedían se encarcelara a la gente en sus casas. Que cacerolean contra el gobierno cuando la pandemia del 2020 llegaba al país, y pedían se importaran vacunas Sputnik rusas hasta hoy inexistentes, en lugar de convocar al respaldo de un gobierno entrante surgido de las urnas, ahora se rasgan los vestidos pidiendo “diálogo nacional”. Y, no hay que confundirse -a pesar de los deformadores de opinión pública- seudo objetivos. Este llamado a lo que apunta es a ocultar que el Frente Amplio no tiene programa alguno para encarar temas vitales de la nación.

Es peor. En 1991 el Presidente Lacalle Herrera ante informes técnicos que anunciaban el colapso del sistema de pasividades, con énfasis en el Banco de Previsión Social, convocó a un diálogo patrio. Se integraron comisiones. Y el FA-Pit, tuvo por respuesta un “si te he visto no me acuerdo”. Y, tras 5 años de negociaciones y estudio finalmente, con lo más calificado técnicamente del país se sancionó la ley 16.713 de Reforma de la Seguridad Social, de 11/09/95, en la segunda presidencia del Dr. Julio M. Sanguinetti, con respaldo especialmente de los partidos históricos. Cercanamente, se reiteró el episodio, durante la Presidencia del Dr. Luis Lacalle Pou y se sancionó una nueva reforma, técnicamente fundada, la ley 20.130, de 10/05/23, a la que el gobierno frentista quiere derogar.

Días pasados en una cuchipandaen Chile, con correligionarios ideológicos y a la vez colegas de otros países el Presidente Orsi tuvo oportunidad de preguntarle a su par el camarada Gabriel Boric sobre como es la reciente ley de pasividades que se sancionó allí. Habría sabido que coincide plenamente con el sistema vigente en Uruguay. Jubilación por solidaridad intergeneracional y sistema de ahorro individual (Afaps)…

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