Codicen y el queso

Allá por 1998 el sociólogo americano Spencer Johnson editaba un libro que trascendió fronteras: ¿Quién se ha llevado mi queso? Sin dudas Johnson nos alertaba respecto de un mundo que iba a experimentar tiempos de cambio permanente. Iniciábamos una era en la que lo único permanente era el cambio y que debíamos acostumbrar a las personas y a las organizaciones a administrar nuestras emociones y conocimientos a ese piso que se nos iba a mover sin cesar.

La Reforma Educativa y el plan que acaba de presentar el Codicen respecto de la nueva matriz educativa en Bachillerato supone también un sacudón parecido para la comunidad docente y para sus sindicatos.

¡Les llevaron el queso!

Con imperfecciones (como todo avance) supone un cambio de paradigma. Es una reforma que modifica un plan original creado en 1976. El nuevo plan de Bachillerato (ahora 3 años) supone un empoderamiento del educando con materias optativas y la flexibilidad de no arrancar de 0 si decide un cambio de orientación. La vía para ello es una suerte de reválidas de materias ya cursadas y con el propósito de mantener al alumno motivado y dentro del sistema.

Como todo cambio han arreciado las críticas desde el mundo sindical. Pero también otros actores. Se acusa que existe una reducción de carga horaria de “Filosofía” y hasta aseguran que quieren borrarla de la curricula. Nos tomamos el trabajo de leer el plan y nada más alejado de la verdad.

Para quien o quienes ven que les robaron el “queso del cogobierno en la educación” el último recurso que les ha quedado es el de difusión de falsedades o sembrar “cucos” y sospechas. El saber Filosófico se mantiene en todos los años de bachillerato solo que en el 3º o último se concentra en una rama importante como lo es la Epistemología. Pero además a los profesores de filosofía se les agrega como materias optativas de los educandos la de “Argumentación y Debate”. Al docente de Filosofía le están “moviendo el queso” pero NO quitando.

La Reforma educativa es criticada además porque -supuestamente- prepara al estudiante para el mercado del trabajo. Si es así: ¡Vaya pecado! Tal vez sea su mayor virtud.

La apuesta a la formación en competencias es hoy una carencia. Formamos ciudadanos a los que les bombardeamos con conocimientos en materias que raramente se aggiornan al mundo que vivimos, los preparamos para un mundo que ya no existe. La reforma educativa apunta al manejo de competencias no solo en el saber científico, tecnológico, sino que además al ser humano conviviendo con los derechos de los demás.

En definitiva, el paradigma de las “Competencias” es el aprender a aprender. Y agregaría que no vendría nada mal educar “obligaciones” como contracara de nuestros derechos. Sería un gran avance.

Quitar a los muchachos de las calles y entusiasmarlos con materias que los retengan en el sistema es per se un gran logro. La Reforma puede tener puntos débiles, pero nada puede ser tan malo como no intentar cambios. Y más si vienes desde hace mucho obteniendo malos resultados. O formamos ciudadanos que generen valor agregado a la patria o no quedará ni queso para llevarse a alacena alguna.

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