No te rindas...

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ANDRÉS OJEDA
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"Si hay algo que el presidente (Luis Lacalle Pou) no va a hacer es poner un estado policíaco, donde a cada uno le estén preguntando a dónde va y en qué condiciones sale, o que los vecinos denuncien porque sale, si va a trabajar o no va a trabajar, o si va a otra actividad social”.

Esto dijo el Secretario de la Presidencia ante el récord de casos constatados de COVID-19 en Uruguay (533 casos) y nos alegra mucho que así sea.

Es claro que han existido diversos modelos para enfrentar la pandemia y que la misma -en algunos países- ha significado para algunos gobiernos una verdadera tentación para justificar autoritarismos. Como toda situación límite, pone a prueba a los gobiernos, pero también nos pone a prueba a cada uno de nosotros.

Vale tener muy presente lo que ocurría hace apenas 8 meses, muchos reclamaban públicamente -siguiendo los pasos de Argentina- ir en forma urgente a la cuarentena general obligatoria, es decir cárcel para quien saliera de su casa. El gobierno soportó esa presión y decidió emprender el camino opuesto, el de la libertad responsable y el tiempo le dio la razón. A pesar de que muchos se nieguen a reconocer expresamente este acierto del gobierno, hoy con récord de casos, absolutamente nadie volvió a reclamar la cuarentena general obligatoria (por suerte). Ahora, contradictoriamente, se denuncian “abusos” policiales cuando se trata de exhortar al cumplimiento voluntario de las medidas sanitarias básicas de prevención.

“Venimos siguiendo la percepción que la gente tiene del riesgo. Entre abril y mayo el 76% o 78% de los uruguayos estaba preocupado por el coronavirus. Hoy lo está el 22% o el 23% (...)” dijo Álvaro Delgado, esto nos muestra que la gente perdió el miedo y allí radica el centro del problema y eso no se arregla con cárcel. La clave hoy está en que la gente no baje lo brazos, tome conciencia y dimensione la situación. En eso está enfocado el gobierno.

Hoy -más que nunca- debemos resistir la tentación autoritaria y si no queda otra que aumentar las medidas de restricción, que sea siempre en clave de libertad responsable, porque lo opuesto sería dejar de apostar a los uruguayos y a la solidaridad que nos caracteriza. Nadie tiene la receta mágica para solucionar lo que hoy nos toca vivir, pero sí sabemos que no se arregla con cárcel, castigo y estado policíaco.

La sensación que nos queda es que estamos en una suerte de sprint final contra el COVID-19 con esperanza de que llegue la vacuna y esto empiece a revertirse. Vale repasar el esfuerzo que hemos hecho estos 8 meses, entre subsidios y ollas populares, hemos logrado mantener a raya las peores consecuencias de la enfermedad. Sería un verdadero crimen rendirnos tan cerca de llegar a la meta.

Confieso que tengo sonando aún en mi cabeza el poema que eligió el expresidente Vázquez en su discurso del pasado febrero y tanto hemos visto estos días, ese es el mensaje que debería recibir cada uruguayo hoy.

“No te rindas por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás sola, porque yo te quiero.”

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