Ubicado en el barrio de Casavalle comenzó otro año de aprendizaje basado en proyectos, además de llevar adelante la ampliación de su edificio siguiendo un diseño regalado por Carlos Ott.
Tiempo atrás un amigo me invitó a visitar “Los Pinos”. Centro de enseñanza privado sin fin de lucro, que se sostiene con aportes públicos y privados y está dedicado a la enseñanza tecnológica.
Sí, se puede”, el eslogan que usó Barack Obama para convencer a la gente que él podía llegar a la Casa Blanca, es lo que viene en mente cuando se oye hablar a personas como Pablo Bartol.
Tiene 11 años y es ciega, pero nada le impidió que demostrara que es una de las mejores alumnas: fue una de las ganadoras en la Olimpiada de Casavalle, desarrollada en el centro educativo Los Pinos.
Olimpíadas de Los Pinos quitan a miles de alumnos el temor que despierta la asignatura.
Hoy domingo concluye la campaña de recolección de fondos que se realiza a través de los supermercados Disco y Géant en apoyo a la educación de niños y jóvenes de Casavalle en el Centro Educativo Los Pinos.
Hace unos días el consejero de Primaria, Pablo Caggiani, escribió algo en Twitter que le valió una ola de críticas. Se pronunció en contra de Los Pinos, la institución privada de Casavalle, que funciona como un soporte educativo para jóvenes que viven en un contexto social y económico crítico.
Decenas de jóvenes se preparan para las Olimpíadas en el centro de Casavalle.
En su mensaje de Navidad, instó a actuar para evitar “hipotecar el presente y el futuro”.
En la entrevista que las periodistas de El País Lucía Baldomir y Natalia Roba hicieron hace algunas semanas a Pablo Bartol, me llamó la atención un pasaje tan dramático como significativo.