TENDENCIAS
La evolución de las expectativas de vida está reconfigurando el mapa del mercado laboral en países como EE.UU.; los trabajos propenden a una mayor autonomía y menor exigencia física

Si es cierto que la «comedia es igual a tragedia más tiempo», como dicen los humoristas, en la era de las redes sociales ese lapso se acorta al mínimo. Con el fallecimiento de la reina Isabel de Inglaterra, los memes y chistes aparecieron casi de inmediato. Uno de los mensajes sarcásticos celebraba como un triunfo de la inclusión etaria el hecho de que el Príncipe Carlos haya podido, por fin, conseguir trabajo a los 73 años. Algo que en los mercados laborales no suele verse muy seguido.
Aunque eso es cada vez más relativo. Daron Acemoglu, del MIT, uno de los 10 economistas más citados del mundo según IDEAS/RePEc, y autor del libro Por qué fallan las naciones, puso la lupa recientemente sobre la empleabilidad de las personas adultas. En una investigación que firmó en coautoría con Andrew Scott y Nicolaj Sondeergard Muhlbach, titulada El ascenso de los trabajos amigables con la edad, los economistas descubrieron que en los últimos 30 años el 75% de los empleos en EE.UU. se volvieron más adaptados a las preferencias de las personas adultas. Así, se ven descripciones de trabajos con mayor autonomía y menos demanda física. Para determinarlo tras un análisis de millones de descripciones, se apeló a inteligencia artificial.
En ese período se crearon en la mayor economía del mundo 49 millones de puestos de trabajo «amigables con la edad». El vaso medio vacío es que muchos de estas posiciones no fueron tomadas por personas adultas. Se trata de una temática de interés creciente, destaca el estudio, dado que «había 65 millones de personas mayores de 50 años en EE.UU. en 1990, hay 118 millones en la actualidad, y se espera que haya 155 millones en 2050».
Algunos analistas hablan del "bloque de los boomers", por el cual personas más jóvenes no pueden acceder a cargos de mayor ldierazgo hasta una edad muy avanzada
En 2022, por primera vez, hay más personas mayores de 45 años en el mercado laboral estadounidense que menores de 45. Esto tiene que ver con el peso demográfico de los baby boomers, que comenzaron a pasar los 50 años en 1996, están en buenas condiciones físicas y cognitivas y demoran más en retirarse. Algunos analistas, como Paul Millerd, ven el lado negativo de esta tendencia y hablan del «bloqueo de los boomers», por el cual personas más jóvenes no pueden acceder a cargos de mayor liderazgo hasta una edad muy avanzada.
Discusiones tabú

Mientras, «América Latina es el continente que más envejece», dijo el representante del BID en Argentina, Agustín Aguerre. Fue en la presentación del informe Envejecer en América latina y el Caribe, en el que se construyó un índice de calidad de vida para las personas de más de 65 años que tuvo en cuenta la salud y la probabilidad de mantenerse fuera de la pobreza.
Pablo Ibarrarán, coautor del estudio, remarcó que en las últimas dos décadas en la región hubo una mejora marcada en este sentido. Mientras que en el 2000 una persona de 65 años podía esperar, en promedio, vivir 7,1 años más con buena salud y fuera de la pobreza, durante este lapso creció un 40%, hasta 9,7 años en la actualidad.
En el debate posterior a la presentación del informe se coincidió en que «la discusión tabú» de flexibilización de la edad jubilatoria, para quienes lo soliciten y conserven derechos, va a darse más temprano que tarde en toda la región.
«Un cuarto de las personas que nacen en este siglo van a llegar a los 100 años y, en general, se les pide que se retiren a una edad en la que muchos de ellos siguen siendo muy productivos. Los que investigamos en gerociencia nos preguntamos qué hacer con la gente que vive 30 o 40 años después de que se retira», cuenta José Ricardo Jáuregui, el primer médico argentino en ser presidente de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría, profesor de la Universidad de Buenos Aires y director médico del centro de adultos We Care.
Jáuregui agrega que el «viejismo» es una caja negra de prejuicios por la cual no queremos prestarle atención ni discutir nada que no sea de nuestro agrado. Así como en los colegios se enseña Educación Sexual, debería informarse sobre las nuevas configuraciones de ciclos de vida y no perpetuar prejuicios. No hablar de «los abuelos», por ejemplo, cuando hay un 30% de mayores de 60 años que no tienen nietos.
Y esto lleva a indicadores absurdos. Por ejemplo, en Brasil, el país que más rápido envejece en el mundo, hay solo 2.000 gerontólogos contra 38.000 pediatras. En demografía se considera que un país entró en su madurez etaria cuando la gente de más de 60 años supera a la de menos de 14, algo que ya sucedió en Japón, en la mayoría de Europa y ocurrirá en América Latina en la década que viene.
Es, en términos históricos, un problema nuevo. En los países no desarrollados la expectativa de vida luego de la Segunda Guerra Mundial era de 51 años. En muchos lugares del mundo este indicador se duplicó desde entonces gracias a los antibióticos, las vacunas y los estilos de vida más saludables. Se trata de un mapa de ruta nunca antes experimentado. Como dice Martin Sorrell -fundador del grupo global de comunicación WPP- para otras avenidas de cambio, estamos arreglando el motor de un avión en pleno vuelo, o escribiendo una obra de teatro mientras la pieza transcurre en el escenario.
De CEO a actores más veteranos
En cualquier categoría de empleo que se considere, se está incrementando el promedio de edad. Los directores ejecutivos de las compañías que integran las listas de Fortune 500 y S&P 500 tenían en 2005, en promedio, 46 años. Actualmente, la media de las personas que desempeñan esos cargos empresariales subió a 55 años.
Un fenómeno similar se observa en la industria del cine. Desde 2001, la edad de los actores protagónicos en películas de Hollywood se incrementó, en promedio, de 38 a 50 años.
Japón fomenta inserción de sus adultos mayores

Si se trata de mercados laborales senior, el país que «adelanta la película» es, sin duda, Japón. Recientemente se celebró con un feriado en ese país el «Día de Respeto a la Ancianidad», una tradición anual que se conmemora el tercer lunes de septiembre. Y el gobierno aprovechó para informar un número récord de 36,3 millones de personas con más de 65 años, lo que representa casi un tercio de la población total del país (125,7 millones de personas).
El segundo puesto en la lista, aunque está bastante más abajo en proporción (25%) es para Italia.
La mitad de los japoneses de entre 65 y 69 años trabajan, y hay políticas oficiales de fomento para las empresas que ofrezcan a sus empleados la posibilidad de continuar con los puestos cuando los interesados lo soliciten.